José Ignacio López Vigil

José Ignacio López Vigil
Nacimiento:  
1959

Tres años tenía José Ignacio López Vigíl cuando sus padres, contagiados por la incertidumbre que produjo entre la clase media cubana el triunfo de la revolución, deciden trasladar a toda la familia a tierras más seguras. Llega a España donde en sus años de juventud ingresa a la Compañía de Jesús.

Como jesuita tiene la oportunidad de cursar estudios en diferentes países latinoamericanos y recién llegado a la República Dominicana le toca vivir muy de cerca la invasión norteamericana de 1965 contra el gobierno democrático de Juan Bosch. Esta experiencia lo marca profundamente y determina el alto contenido político de su quehacer en la comunicación popular.

Es en la República Dominicana en donde, el hasta entonces sacerdote Jesuita, tiene su primer contacto con la radio. Se aburría en las clases que para la época recibía y decide tomar contacto con una emisora comercial de la zona. Estando allí, una comunidad campesina que había sido desalojada de sus tierras por un terrateniente, lo busca para que a través del micrófono, se solidarice con su lucha. “Es ahí donde descubro el valor tremendo de la palabra pública a través de la radio. La importancia de que la radio se vuelva participativa para devolverle la voz a un pueblo tanto tiempo silenciado”, cuenta emocionado.

Llega la década de los 1970 y se vincula a Radio Santa María donde contribuye desde su cargo de director de programación, a consolidar el proyecto educativo, pastoral y alternativo que tantos logros ha significado para ésta emisora dominicana, en sus 50 años de existencia. En Santa María conoce cómo funciona la radio por dentro y descubre las innumerables posibilidades que ofrece hacer radio desde la gente, con la gente y no solo para la gente.

A finales de los años setenta deja la compañía de Jesús y decide aceptar el reto de potenciar una pequeña emisora en el sur de La República Dominicana, llamada Radio Enriquillo. Para López Vigil, fue el mejor lugar de experimentación gracias al realismo mágico que todo lo contagiaba por esos años y, por supuesto, también a la radio.

Era un momento en que las radios comunitarias en Latinoamérica vivían sus años dorados gracias al impulso de una iglesia popular muy cercana a la gente. Y en esa línea de la teología de la liberación escribe con su hermana María López Vigil –para Cerpal, una productota pionera en la realización de programas educativos–, la serie titulada: “Un tal Jesús”. Tan pronto salió a la luz pública, dicha producción generó mucha simpatía y también una persecución feroz por parte de la institución católica hasta el punto que se logró el cierre de la productora.

En la década de 1980 llega a la dirección de capacitación en ALER, la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica, dando talleres en casi todos los países de América Latina. Se trataba de espacios muy prácticos que ayudaron a los comunicadores a repensar su programación y a rehacer sus programas desde una óptica más participativa. Una radio próxima a la gente, de colores, escrita en un lenguaje sencillo y que sirviera de intermediadora en los conflictos sociales.

López Vigíl sigue deambulando por toda América Latina, dando cursos, participando o inventando proyectos populares de comunicación. En ese andar llega hasta la convulsa Nicaragua de la década de los ochenta para participar en las radios sandinistas. Desde allí se acerca a la ya mítica Radio Venceremos, de El Salvador. “La radio más heroica que ha tenido la historia de la comunicación radiofónica de América Latina”, según sus propias palabras.

Luego viene la fundación de la oficina para América Latina de AMARC, la Asociación Mundial de Radios Comunitarias, una organización con la cual trabaja hasta el 2000, año en el cual comienza su último trabajo: Radialistas Apasionadas y Apasionados. Se trata de un centro de producción radiofónica que hace uso de Internet y busca no solo democratizar los contenidos, sino también su producción y circulación.

López Vigil y su equipo de apasionadas y apasionados producen un programa diario que se distribuye a cientos de emisoras y usuarios vía Internet. En su búsqueda permanente por ampliar las posibilidades del lenguaje radiofónico, Radialistas ha introducido el radioclip como formato que permite decir mucho en poco tiempo. Programas cortos, muy ágiles, con muchos efectos de sonido y música para un público acostumbrado, como está hoy en día, a la agilidad de los mensajes.

Para José Ignacio López es mucho lo que han conseguido y avanzado las radios comunitarias en América Latina. Pero, sin lugar a dudas, su gran logro ha sido devolverle la palabra pública a cientos de miles ciudadanas y ciudadanos. “La palabra pública nos ciudadaniza y la ciudadanía es un proceso de derechos y deberes, de empoderamiento. Esa devolución de la palabra y el empoderamiento son algo que no tiene precio; son de un valor incalculable”.

Hace mucho que José Ignacio López Vigil perdió la fe en las facultades de comunicación. Tanto que este ícono de la radiodifusión latinoamericana decidió abandonar la cátedra universitaria y dedicarse enteramente a difundir sus conocimientos de forma directa a los interesados en fomentar una comunicación próxima a la gente, de colores, escrita en un lenguaje sencillo y que sirva a la ciudadanía como intermediadora y fiscalizadora de las esferas del poder.

Firme impulsor de las radios comunitarias, este ex sacerdote de origen cubano no duda en jactarse de su proyecto más ambicioso: Radialistas Apasionadas y Apasionados, la plataforma de elaboración de contenidos radiales más completo de América Latina. Desde el portal www.radialistas.net se ofrecen unos 2.000 clips producidos con distintos contenidos que tocan temas como los derechos humanos, la ecología, género y cultura. Bajo el paraguas de Cultura Libre, toda esta producción es de libre acceso, descarga y difusión para cualquier radio o persona que así lo desee. Y en una época marcada por la mercantilización y la mediocridad en la producción radiofónica, este trabajo es una bocanada de aire fresco para la comunicación alternativa.