Felipe Valls

Felipe Valls
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Nacimiento:  
8
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3
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1933
Fallecimiento:  
26
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11
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2022

Felipe Valls es un renombrado empresario y exiliado cubano, fundador del emblemático restaurante Versailles que llegó exiliado a Miami en 1960 con 25 años luego de que el gobierno revolucionario le nacionalizara varios negocios familiares, entre otros una importadora de botellas, una gasolinera y un pequeño club nocturno, el Lido.

Hijo de Felipe L. Valls y Dolores Bravo, nació en Santiago de Cuba, donde tuvo una infancia maravillosa. En 1947 sus padres lo enviaron a Estados Unidos a estudiar a la prestigiosa escuela secundaria Riverside Military Academy en Gainesville, Georgia.

En 1950 regresa a su ciudad natal para comenzar su trayectoria como empresario. Fue dueño de varios negocios exitosos, incluyendo gasolineras, un restaurante y el famoso Lido Supper Club. Luego abrió una gran planta que fabricaba bolsas de arpillera para la industria cementera, y representó a Brockway Bottle Co. que suministraba botellas a diferentes compañías de licor en Cuba, incluida Bacardí.

Al llegar a Miami con 27 años Felipe tuvo que empezar de cero, ha declarado: "Mi padre, como tanto otros cubanos, llegó a Miami con una 'mano adelante y otra detrás' y empezó trabajando en un restaurante de lavaplatos y luego le ficharon en una empresa de equipos de refrigeración y hostelería", dice a Efe Felipe Valls Jr, que tenía dos años cuando sus padres abandonaron la isla.

Con el adelanto de un mes de salario que le concedió el dueño de la compañía para la que trabajaba, Valls comenzó a importar con éxito cafeteras de Italia y España. Pronto regentaba ya su primer restaurante. Badía, y, tras venderlo bien algunos años después, "compró el terreno donde se encuentra la parte primera del Versailles", restaurant que fundó en 1971.

"El nombre del local es fruto de una coincidencia. Valls no sabía cómo decorarlo cuando se encontró con un amigo artista que tallaba espejos inspirados en los del palacio francés. Esos espejos llenaron el restaurante junto con candelabros, y el autoproclamado restaurante cubano más famoso del mundo adoptó su extraño nombre y su estética kitsch".

El restaurante Versailles fue el gran aporte de Felipe Valls a la historia de los cubanos en Miami. Valls también creó el emblemático concepto de “la ventanita” en Miami, que es una ventana al público que ofrece café y pastelitos cubanos.

En la actualidad el Versailles es considerado como el restaurante cubano más famoso del mundo, y Valls Group se ha convertido en una de las empresas familiares más grandes en el rubro gastronómico y de bebidas en el sur de Florida.

Cinco décadas después, con dos ampliaciones del local y alguna que otra modificación, el célebre Versailles preserva su buena cocina criolla y ese aire francés ligeramente "kitsch" de su brillante interior, con grandes cristales y espejos de época grabados.

Una decoración "que no tiene mucho que ver con lo cubano -reconoce con humor Valls Jr.- y que estaba pensada al principio para acoger a los artistas y la farándula nocturna, a poetas y cantantes que entonces se reunían por la noche" en ese "primer" Versailles.

Es difícil cifrar cuándo y cómo el Versailles devino en centro neurálgico y sentimental del exilio cubano. Para el hijo del fundador, han sido los propios medios de comunicación los que han ido construyendo la leyenda de este local como emblema de la lucha anticastrista y del sentir de los exiliados.

Quizá todo empezó, apunta, con el gobernador y luego senador por Florida Bob Graham, quien durante una campaña electoral lanzó la estrategia "Un día en la vida de un...", por la que un día citó a los medios en el Versailles y él "apareció vestido de asistente de mesero, con su chaqueta verde, trabajando en el piso como ayudante de camarero"... "Y ganó las elecciones", cuenta Valls Jr con gracia.

Hoy es parada obligada, sobre todo en tiempo de elecciones, para políticos que se acercan a saborear su café cortadito (tienen su propia tostadora de grano) y dejarse ver en la "ventanita" del local, una invención del fundador que hoy debería ser patrimonio cultural del condado de Miami-Dade.

"Tomar un café cubano en la ventana se ha convertido en casi un brindis por nuestra comunidad", afirma.

Y es que son muchos los cubanos que enhebran recuerdos y nostalgias y forman corrillos junto a la ventana por donde las camareras despachan a la clientela café cubano, cortaditos, coladitas y pastelitos de guayaba y croquetas.

Los políticos locales y nacionales de cualquier signo político debieron decirse que el Versailles era el lugar idóneo para "mostrar respeto y simpatía hacia la comunidad cubana en el exilio y pedir su opinión", acota.

Por el Versailles han pasado prácticamente todos los presidentes estadounidenses desde al menos Ronald Reagan, con la excepción de Barack Obama, que se granjeó el rechazo de una buena parte del exilio por su política de "deshielo" en las relaciones con el Gobierno cubano.

Quizá los mandatarios más recordados por la fiel clientela cubana del Versailles, prosigue, sean George H. W. Bush (1989-1993) y su hijo George W. Bush (2001-2009), quienes recibían "mucho cariño en el condado (Miami-Dade)".

Pero el expresidente Bill Clinton (1993-2001) también se apareció por el Versailles tras su reelección y disfrutó en el "salón de los espejos" de un sabroso bufé a base de lechón asado, moros (frijoles) y yuca, y como remate café.

Clinton aseguró "que era el mejor café cortadito que había tomado en su vida, aunque no sé si había tomado antes algún otro cortadito", ríe Valls Jr. Lo cierto es que cuando el demócrata viajaba a Miami "acostumbraba a pasar por el Versailles y tomarse un cortadito".

En agosto de 2022 el expresidente Donald Trump visitó también al restaurant Versailles.

Al llegar de Cuba en 1960 “Mi padre vendía equipos usados y de refrigeración a restaurantes, bodegas y supermercados, hasta que comenzó a importar cafeteras desde Italia y España. Y un buen día le recomendó al dueño de un pequeño restaurante que había en Flagler y la 12 avenida que habilitara una ventanita tipo guillotina para que pudiera vender café a los transeúntes”, así recuerda Felipe Valls Jr., cómo nació el concepto de la ‘Ventanita’ en Miami, y que hoy, gracias a el Versailles, se ha convertido en la esquina del café que todos conocen.

“Comenzó como un café nocturno donde acudía la farándula artística, hasta que a un cubano [Juan Pérez-Cruz, tío del cantante Pitbull] se le ocurrió incorporar la decoración francesa en los espejos y mi padre al ver el diseño lo bautizó Versailles”, reveló Felipe Jr., sobre el restaurante que en sus inicios recibía a un máximo de 80 personas, y que hoy tiene capacidad para 375 comensales.

Pero el mayor orgullo para la familia Valls es haber mantenido el aprecio de su numerosa clientela con un recetario tradicional, de familia, una "cocina de la abuela", dice, fundamentada en la "calidad máxima" de los platos que ofrecen, como la palomilla (bistec de res), la ropa vieja, el arroz con pollo, el caldo gallego o las masitas de puerco.

Lo sobreviven su pareja Natty Elias; sus hijas Leticia, Jeannette y su hijo Felipe Jr.; sus diez nietos: Leticia, Jacqueline y Luis Felipe Tornes; Nicole, Lourdes, Desiree, Alexandra, Gabriella y Daniella Valls y Thomas V. Edwards. También lo sobreviven sus bisnietos Mila y Nicolas Fernández, y Felipe Lebess. Su esposa, Aminta Viso de Valls, lo antecedió en la muerte.


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