Santiago de Cuba despide a la poetisa Teresa Melo

Ofrendas florales del presidente de Cuba, del Ministro de Cultura y del pueblo de Santiago de Cuba acompañaron las honras fúnebres de la destacada poetisa Teresa Melo, fallecida este lunes 30 de enero en su natal Santiago de Cuba.

De igual forma a la Casa del Caribe, ubicada en esta urbe, llegaron ofrendas y del Gobierno en este territorio suroriental, del Instituto Cubano del Libro, el Comité Provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) y de familiares y amigos, entre otras.

Desde horas tempranas de la mañana el pueblo de la Ciudad Héroe y las máximas autoridades de la provincia rindieron sentido tributo a quien fuera miembro de la Uneac y miembro de Honor de la Asociación Hermanos Saíz.

Teresa de la Caridad Melo Rodríguez al momento de su deceso se desempeñaba como editora de la editorial Oriente. Atesora una valiosa obra poética que la ubica como una de las principales voces de la llamada generación de los 80.

Ha muerto Teresa Melo y no es un ser común quien este 30 de enero, a los 61 años de edad, se despide del mundo. Teresa era poeta, de esas a las que las ideas hermosas podían lloverle lo mismo para escribir un poema que para establecer un simple saludo en plena Cabaña, al calor de la Feria del Libro, de la que fue bienvenida visitante; o por medio de un chat, siempre cálida y atenta. Y fue cubana mayor, porque el nombre de su Patria vibró firme en su voz y en su pluma, sobre todo en estos tiempos, cuando Cuba necesitó y necesita que sus mejores hijos la defiendan de la infundada maledicencia.

Aunque ser parte de su círculo de amigos y colegas garantizó conocer su calibre, pudo saberse también, por otras vías, quién era Teresa Melo. Esas vías fueron las redes sociales, a las que se asomaría no hace demasiado tiempo y, sin embargo, pudo conseguir, sin siquiera proponérselo, un significativo número de seguidores, seducidos por la belleza de su palabra valiente y elevada.

Miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba y miembro de Honor de la Asociación Hermanos Saíz, Teresa Melo fue autora de cuadernos líricos como El libro de Estefanía, El vino del error, Yo no quería ser reina y Las altas horas, y reconocida como una de las principales voces dentro de la llamada generación de los 80.

Fue también editora, promotora cultural, directora de publicaciones literarias y jurado de prestigiosos premios. Letras Cubanas, Ediciones Unión, Ediciones Santiago y Editorial Oriente, entre otras editoriales, acuñaron su obra, merecedora de reconocimientos como el premio Nicolás Guillén, La Puerta de Papel, el de la Crítica Literaria y la distinción por la Cultura Nacional.

Martiana raigal, no encontró mejor título para nombrar la antología de poesía de amor en lengua española, que en 2003 le solicitara hacer la Editorial Oriente, que Soy el amor, soy el verso.

Allí, en un prólogo apasionado, habló de «la luz que te rodea cuando amas», y resaltó el deseo de que esa luz nos acompañara permanentemente.

Hoy, que conocemos en qué ocupó su vida esta mujer de bien, madre amorosa y amiga de las mejores causas, sabemos que el más grande de los sentimientos la arropó y que, reconociéndose a sí misma una «criatura de Isla», anduvo por el mundo animada por dos fuerzas que latieron gemelas en su ser: su amor por la poesía y la defensa de su Patria.

Granma