16 de octubre de 2021
Para el prestigioso intelectual Alejo Carpentier, hay dos tipos de música populares que conquistaron al planeta en el pasado siglo: el jazz estadounidense y la música cubana.
De acuerdo con su opinión, esto se debe a que son músicas vivas en acción, al alimentarse de la actualidad, de lo que está en evolución en cada preciso momento. En tal sentido, un joven pianista cubano de apenas 23 años, como Rodrigo García Ameneiro, acaba de sorprender al mundo por la impronta de sus relevantes condiciones como músico, al ser merecedor de importantes reconocimientos como el Gran Premio en el Rocky Mountain Music Competition, en agosto del año en curso, además del primer lugar en el Concurso Internacional Vivo en el Carnegie Hall, en 2018.
Muestra de esta dinámica revitalizadora es el reciente disco Generación (Producciones Colibrí), en el cual Rodrigo revisita la obra de una generación de consagrados pianistas que iluminan, desde el esplendor propio, el rango profesional de la pianística cubana contemporánea.
Nada más que de seleccionar piezas de Aldo López-Gavilán Junco, Alejandro Falcón, Harold López-Nussa, Roberto Carlos (Cucurucho) Valdés y Rolando Luna, nos advierte de la audacia de este talento emprendedor que no urge de un necesitado apoyo mediático, sino del suficiente terreno para poder entronar su valía.
Dejar correr, una tras otra, la escucha de las diez piezas que integran el disco Generación, significa vislumbrar la destreza del pianista de una limpia y segura ejecución capaz de subyugarnos.
En obras como Miriam, de Roberto Carlos, el pianista nos transmite la delicadeza de una sensibilidad requerida para tan emotivo tema, lo mismo ocurre con la bella melodía que distingue a la obra Con su luz, de Rolando Luna, mientras que el refinado sabor del tumbao es asumido en el Timbeando de López-Nussa, para cerrar triunfante con la complejidad de López-Gavilán en Danza del dragón violeta.
Una vez más, ante esta breve pero meritoria trayectoria, se nos reitera aquello de que no basta con decir que se quiere ser artista, porque para deslumbrar como se espera, es necesario haber nacido con semejante don, el que la vida ha otorgado a personalidades como Rodrigo, para regocijo de quienes lo admiramos y respetamos.
Artes, Música, Piano
Es un joven pianista cubano. Es el Miembro más joven de la Red de Artistas UNETE del Sistema de las Naciones Unidas a favor de la NO violencia contra mujeres y niñas, Embajador de la Red iberoamericana y africana de Masculinidades. Es hijo de la cantautora Rochy Ameneiro y el acreditado productor Josué García.
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