Rodrigo Álvarez Cambra, una vida consagrada a la ortopedia cubana

Para el eminente médico cubano Rodrigo Álvarez Cambra, la construcción y desarrollo del Hospital Ortopédico Frank País, en la capital de la isla, fue la obra más grande que emprendió en su larga y fructífera carrera profesional, según confesó a Sputnik en entrevista exclusiva.

"En 1968, el comandante Fidel Castro, que venía junto a Celia Sánchez [secretaria ejecutiva del Gobierno] me recogió en un jeep y me llevó a las viejas y pequeñas instalaciones del hospital nombrado Organización Nacional de Rehabilitación de Inválidos [ONRI]; eran dos pequeñas edificaciones en 13 hectáreas de terreno, y me dice: "Tu tarea será construir aquí el hospital ortopédico más grande de Cuba y América Latina", rememora el galeno a la distancia de 50 años.

Esta instalación médica, construida y dirigida por el doctor Álvarez Cambra, constituye hoy el complejo hospitalario más extenso e integral del mundo, con 677 camas, dedicado a la cirugía ortopédica, traumatológica, reconstructiva y rehabilitadora del sistema óseo, neurológico y articular y donde radica desde hace varios años la Escuela Iberoamericana de Ortopedia y Traumatología.

Sputnik fue tras la vida de este cirujano ortopédico, profesor titular de la escuela cubana de Medicina, investigador de mérito, profesor honorario y emérito de distintas facultades de medicina alrededor del mundo, y miembro de diecinueve sociedades extranjeras, entre muchas distinciones en su extenso currículum académico.

"El Profe", como casi todos le llaman, es hijo de un emigrado español, asturiano por más señas, oriundo de la más occidental de las provincias cubanas, Pinar del Rio, del poblado rural de Manga Dulce, en la zona de Candelaria.

Su madre —cuenta—, embarazada de mellizos, tuvo que trasladarse a un hospital de La Habana gracias a la gestión de un médico amigo de la familia, ante el peligro de un parto que podía ser peligroso, y por esas cosas del azar, nació en la capital, en diciembre de 1935, aunque su hermana gemela no sobrevivió al alumbramiento.

Su padre, perito mercantil, quería que Rodrigo fuera ingeniero de carreteras y puentes, idea que le gustó en sus primeros años, pero a los 14 años, su progenitor enferma gravemente de tuberculosis y muere, provocando la ruina económica familiar, lo que le hace tomar la decisión de estudiar medicina para salvar a la gente de este sufrimiento.

En 1952, con 17 años, ingresa en la Escuela de Medicina de la Universidad de La Habana, período en el que se involucra en las luchas estudiantes contra la dictadura impuesta por el general Fulgencio Batista (1952-1958), estudios que interrumpe al cerrarse la casa de altos estudios por la represión gubernamental.

El médico cuenta que en una de las manifestaciones contra el Gobierno resultó herido en un tobillo, y fue a parar al Hospital Universitario general Calixto García, junto a otros jóvenes lesionados, siendo colocado en una camilla, desde donde podía ver a los ortopédicos colocando yesos a los muchos que llegaban víctimas de golpizas policiales.

Al notar que su herida no era de gravedad, decidió saltar de la camilla y comenzó a ayudar a los galenos en la inmovilización de fracturas.

Sonriente, Álvarez Cambra recuerda un refrán entre los médicos que dice que: "El que se moja con yeso como estudiante, termina siendo ortopédico", y en ese momento optó por oposición a un puesto de alumno oficial en el internado del hospital Calixto García, y aunque no devengaba salario, ese puesto le daba derecho a desayuno, almuerzo y comida, y tenía la obligación de hacer tres guardias a la semana.

Ya en 1956 —añade— siendo todavía estudiante de medicina, efectuaba cirugías ortopédicas junto a sus profesores, justo en el momento en que decide pasar a la clandestinidad, dado su compromiso con el movimiento insurgente Directorio Revolucionario, integrado en su mayoría por estudiantes universitarios.

Tomado de Sputnik


Rodrigo Álvarez Cambra


profesor, médico, investigador, ciencias, ortopédico, director del complejo ortopédico frank país, presidente de la sociedad cubana de ortopedia y traumatología

Nació en Candelaria, ciudad de Pinar del Río, Cuba. En los años de infancia, se afirma que su primera inclinación fue hacia la ingeniería de construcción y que un desafortunado suceso familiar influyó en su decisión: "La enfermedad de mi padre es lo que me inclina a cambiar de idea Fue un shock verlo morir sin poder hacer nada. Esto lo hizo pensar que debía ser médico y tratar de resolver algunos problemas de la humanidad. Con esta motivación desde que comenzó su vida escolar se encaminó hacia el logro de sus propósitos.