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Fallece en Miami Iván Davis árbitro de beisbol en Cuba

Iván Davis, fue un árbitros de larga carrera en el béisbol cubano se considera una de las figuras élite del arbitraje en la historia del béisbol cubano.

Iván murió 9 de septiembre en la ciudad de Miami por a los 82 años con un coma diabético.

El prestigioso árbitro nació en 1940, en El Cerro, muy cerca del Estadio Latinoamericano. Cuando su familia se traslada a Luyanó comenzó a practicar el béisbol en un torneo en el que jugaban excelentes peloteros. Desde muy joven actuó como lanzador en la Liga Popular con el equipo Las Galletas Billy, en la Unión Atlética Amateur lo hizo con Aduana de Cuba y en la Liga de Quivicán con La Salud donde militaba un pelotero estrella como Pedro Chávez.

Davis fue firmado por Tony Pacheco con la sucursal de Cincinnati, actuando por breve tiempo en Ligas Menores en Estados Unidos. Luego lo hizo en la reserva del Almendares en el último campeonato profesional de Cuba lanzando once entradas con los azules. En el béisbol profesional registró récord de 21 victorias y 20 derrotas, con su mejor temporada lanzando para el equipo de Palatka, en la Florida State League, en 1960, cuando terminó con 15-11 y promedio de carreras limpias de 2.48.

Al eliminarse el profesionalismo, en la temporada 1960-61, Davis tuvo la oportunidad de seguir en Ligas Menores en busca de ascender a un nivel más alto, pero decidió no hacerlo para no separarse de su familia. Regresó a La Habana e hizo el grado con el equipo Almendares que participó en la última temporada de la Liga Profesional Cubana, en 1960-1961. Davis conoció entonces la que se convertiría en su esposa y que sería el imán que inclinó su decisión de permanecer en Cuba, justo en el momento que le llegó un contrato para firmar como jugador de Grandes Ligas (Clase A).

En los primeros torneos de las Series Nacionales trabajó como entrenador de pitcheo, y a los 25 años de edad (1965) decidió convertirse en árbitro para luego llegar a ser el mejor de su época y uno de los grandes en la historia del béisbol cubano. Como árbitro se distinguió por su excelente conteo de las bolas y los strikes. También por su valor personal dentro del terreno de juego donde jamás le temblaron las manos a la hora de realizar decisiones complicadas o expulsar del partido a cualquier jugador o dirigente que realizara acciones ofensivas, tanto verbales como físicas.

Durante su etapa tuvo de compañeros en el arbitraje a hombres como Alfredo Paz, Francisco Belén Pacheco, Alejandro Montesinos, Francisco Fernández Cortón, Manuel “El Chino’’ Hernández, Orlando Valdés, Mario Cossío, Julio Ramón Vélez, Felipe Casañas y Juan Rodríguez Tabares, entre otros; incluyendo al guireño Nelson Díaz que fue quien lo reemplazó como oficial principal de la Serie Nacional y en competencias internacionales.

Se hizo ritual que en su entrada al terreno del estadio Latinoamericano de La Habana, Armandito Torres “El Tintorero”, popular animador del equipo Industriales, lo presentara desde las gradas como “El Elegante” en medio de los tradicionales chiflidos de la afición.

Era del grupo de árbitros designados para los juegos decisivos de la Serie Nacional y participó en numerosos eventos internacionales en reconocimiento a su destreza y dominio de las situaciones beisboleras.

“Me gustaba arbitrar en estadios llenos… Me sentía más cómodo, pues así no escuchaba los improperios”, confesaba Davis.

Por los siguientes 28 años, Davis consolidó una carrera profesional que lo colocó en los primeros planos del arbitraje de béisbol en Cuba y a nivel internacional. En 1992, durante una gira del equipo Cuba a Estados Unidos para medirse a una selección universitaria de esta nación, aprovechó para quedarse en el Aeropuerto de Miami.

En Miami trabajó en torneos locales, en Estados Unidos trabajó en una agencia de venta de autos, y se desempeñó como árbitro en ligas de softbol y torneos locales hasta que las afectaciones de salud comenzaron a limitarlo.

Además de Gladys, su esposa por 59 años, lo sobreviven dos hijas y nietos.

Cibercuba, El Nuevo Herald