Margarita
Núñez
Núñez

Margarita Núñez Núñez
Nacimiento:  
1880
Fallecimiento:  
11
/
11
/
1923

La Florence Nightingale cubana, comenzó a estudiar enfermería en la primera Escuela de Enfermeras fundada en el país bajo la I Intervención y ocupación norteamericana, y se graduó en la Escuela de Enfermeras del entonces todavía Hospital Número Uno, hoy Hospital “General Calixto García”. Se destacó por sus dotes organizativas y su compromiso social.

Natural de La Habana, hija de Manuel y Petronila, inició sus estudios en la Escuela de Enfermeras del Hospital “Nuestra Señora de las Mercedes”, en 1900. Allí estudiaba también, su hermana María Luisa. Al proponerse la fusión de las Escuelas de Enfermeras de los Hospitales “Nuestra Señora de las Mercedes” y “Número Uno”, en 1903, se graduó en esta última Escuela.

Al graduarse, Margarita es ubicada en el propio Hospital Número Uno, donde había terminado su formación académica. Allí permanece incluso durante la Segunda Intervención Norteamericana. Los dos períodos de intervención dejan un saldo importante, tanto en la economía como en la vida política y social del país. La dependencia del imperialismo norteamericano estaba consolidada.

El 28 de enero de 1909, al restablecerse la República y ponerse en vigor la nueva Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, luego del segundo período intervencionista del imperialismo yanqui, se fundaba la Secretaría de Sanidad y Beneficencia, primer Ministerio de Salud Pública en Cuba, y en el mundo, heredera del legado histórico de la Escuela de Higienistas Cubanos de principios de siglo.

Esta Secretaría va a agrupar no sólo a las instituciones estatales ya existentes, sino también a las nuevas Casas de Salud privadas que se irían fundando por la iniciativa de las clases más adineradas del país. El Dr. Matías Duque y Perdomo, Coronel del Ejército Libertador de Cuba bajo el mando de Gómez, asumió la recién constituida Secretaría de Sanidad y Beneficencia, primera en el mundo. Entre las primeras disposiciones tomadas por el recién estrenado Secretario de Sanidad y Beneficencia, estuvo el nombramiento de un grupo de enfermeras cubanas para asumir las responsabilidades que, hasta ese momento, estaban en manos de las enfermeras norteamericanas.

En esta promoción se distinguieron: Margarita Núñez Núñez, que era nombrada Superintendente de Enfermeras del Hospital Número Uno y de su Escuela de Enfermeras, y, apenas unos meses más tarde era promovida a Inspectora General de las Escuelas de Enfermeras de la República; y Martina Guevara Molina, la primera enfermera cubana que tuvo el Hospital Nuestra Señora de las Mercedes en 1902, al producirse la primera graduación de enfermeras, quien también resultaba nombrada Superintendente de Enfermeras en su Hospital y Escuela de Enfermeras.

Ese propio año 1909, ocurrió una explosión de dinamita en Pinar del Río, y el Secretario de Beneficencia la comisionó, junto a Martina Guevara Molina, y otras 18 enfermeras, para que brindaran atención a los heridos. A su regreso, el Secretario de Sanidad expresó: “Es la primera vez que las enfermeras cubanas han tenido que prestar ayuda en una desgracia nacional y estoy satisfecho de ellas”.

Poco tiempo después Margarita organizaba el Servicio de Enfermeras del Municipio y, bajo su competente dirección se equipó y organizó el Servicio del Hospital Municipal de Emergencias "General Freyre de Andrade", y de las Casas de Socorros. Más tarde, ocupaba la Superintendencia del Hospital Freyre de Andrade y, por último, desempeñó el cargo de Jefa del Negociado de Enfermeras de la República de Cuba.

Margarita Núñez y Martina Guevara, apenas iniciadas sus labores como Superintendentes de los dos hospitales docentes de la capital del país, comenzaron las acciones necesarias para crear una Asociación de Enfermeras, y ese propio año 1909 lograban su propósito. Ese año constituyó el momento de despegue de las enfermeras cubanas, no sólo porque asumieron cargos de mayor responsabilidad, sino porque iniciaron el momento de su independencia de la enfermería norteamericana. Es en esta fecha que se organizan en la primera Asociación Nacional de Enfermeras de la República de Cuba y acaparan la atención de la recién creada Secretaría de Sanidad y Beneficencia, primera en el mundo, al encomendársele, y realizar con éxito, diferentes tareas importantes en el campo de la administración de salud, la vigilancia epidemiológica y la colaboración con otros países.

Como Presidenta de la Asociación, recién fundada la organización y, por tanto, recién estrenada en su cargo, viajó a Londres en el propio año 1909, al III Congreso del Concilio Internacional de Enfermeras, y en ese viaje llevó consigo una mantilla para ofrecer de regalo a Miss Florence Nightingale, fundadora de la Enfermería profesional, quien desde hacía años se encontraba enferma, postrada en su cama; pero aun lúcida y capaz.

Esa mantilla, homenaje de las enfermeras cubanas a la distinguida inglesa, llegaba a sus manos apenas un año antes de su muerte. Fue así, pues, Margarita Núñez, el enlace de las enfermeras cubanas con Florence Nightingale, y también con el Consejo Internacional de Enfermeras, organización a la que se afiliaría la Asociación Nacional de Enfermeras de Cuba, años después, en 1925, cuando ya Margarita Núñez había dejado de ser la Presidenta de la Asociación, por motivos de salud, desde siete años atrás, y había dejado de existir apenas dos años antes; pero aun perduraba la fuerza de su ejemplo, de su constancia, de su abnegación y de su capacidad intelectual.

Margarita Núñez falleció el 11 de noviembre de 1923, a consecuencias de un cáncer de colon, tras cinco años de enfermedad que la obligaron a abandonar el cargo de Presidenta de la Asociación Nacional de Enfermeras de Cuba, que había promovido, fundado y dirigido desde su fundación hasta 1918.

Su cadáver recibió sepultura en el Panteón de las Enfermeras en la Necrópolis Cristóbal Colón. Ese Panteón es una construcción que fue realizada en 1912, con un costo de $ 1 716,27, que fue sufragado con la contribución de las enfermeras asociadas, bajo la Presidencia de la propia Margarita.

El homenaje rendido a su memoria, organizado por la Asociación, se llevó a efectos en la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, y tuvo a su cargo el panegírico, el Dr. Federico Torralbas, en aquellos momentos director del Hospital "General Calixto García". En el acto hizo uso de la palabra el entonces Senador de la República, Dr. Manuel Varona Suárez.

Al materializarse una de las grandes aspiraciones de las enfermeras cubanas, poder construir y amueblar, con fondos propios de la Asociación Nacional de Enfermeras de la República de Cuba (ANERC), un Pabellón para enfermeras enfermas, se inauguró el 26 de agosto de 1928, en el Hospital General Calixto García, el Pabellón Margarita Núñez Núñez, en honor de la enfermera más distinguida de esos tiempos, quien pasaría a convertirse en la figura casi legendaria y paradigmática de los años venideros.

En 1999, se colocó una tarja al frente del Pabellón, recordando a Margarita Núñez.

Desde esa época se viene formando la identidad profesional de las enfermeras cubanas. En ese empeño dejó su salud y su vida Margarita Núñez, la Florence Nightingale cubana. Se distinguió por la calidad de la atención de enfermería que brindaba a sus pacientes y fue admirada por sus dotes organizativas y de dirección, lo que le permitió asumir rápidamente cargos de responsabilidad, gracias a sus méritos personales. Se empeñó en la gigantezca labor de organizar a las enfermeras cubanas e impregnarles el sello de identidad profesional y dedicó todas las fuerzas de su juventud y su salud a la profesión que tanto amó. Fue admirada y respetada por colegas y otros profesionales y sus valores fueron reconocidos por las autoridades del país, incluyendo actos públicos que se realizaban sólo con personalidades excepcionales.