Amado José
del Pino
González

Amado del Pino
Foto
Cubadebate
Nacimiento:  
25
/
2
/
1960
Fallecimiento:  
22
/
1
/
2017

Nació en Tamarindo, en el actual municipio de Florencia, Ciego de Ávila. Es licenciado en Artes Escénicas, con especialización en Teatrología y Dramaturgia en el Instituto Superior de Arte (1982).

Ha trabajado como crítico, asesor teatral y editor-redactor de diversas publicaciones, e incluso ha trabajado como guionista para la Televisión Cubana. Entre sus obras se encuentran títulos como: “El zapato sucio”, “Tren hacia la dicha”, “Penumbra en el noveno cuarto”, “Triángulo”, “Teatro”, etc.

A lo largo de su carrera profesional ha recibido numerosos premios: Premio UNEAC de Teatro en 2003, Premio Anual de la Crítica de Teatro en 2003, Premio de Periodismo Cultural José Antonio Fernández de Castro en 2000, Premio del Concurso Nacional de Periodismo 26 de Julio hasta en cinco ocasiones, etc.

En el año 2006 recibió una mención especial del Jurado por su trabajo junto a Tania Cordero titulado “Los amigos cubanos de Miguel Hernández”, en el Premio Internacional de Periodismo de la Fundación Cultural Miguel Hernández.

Interesado en la figura de Miguel Hernández, está muy vinculado a la Fundación que lleva su nombre, y prepara una obra teatral sobre algunos pasajes de la vida del poeta durante la guerra civil.

Ha trabajado como asesor en el Conjunto Dramático de Camagüey y para Teatro Caribeño.

Su producción dramatúrgica le ha valido importantes premios. Se le deben los títulos Tren hacia la dicha (Conjunto Dramático de Pinar del Río, dir. M. Miranda, 1987); El zapato sucio —Premio de dramaturgia Virgilio Piñera (2002); Premio de la Crítica Literaria (2003)— (Teatro D Dos, dir. Julio César Ramírez, 2003); Penumbra en el noveno cuarto —Premio UNEAC (2003)— (dir. Osvaldo Doimeadiós, 2004) y Triángulo (Vital Teatro, dir. Alejandro Palomino, 2004).

Ha desplegado asimismo una intensa actividad como crítico en numerosas publicaciones especializadas —Tablas (de la que fue editor (1985-1988), Conjunto, Revolución y Cultura, La Gaceta de Cuba—y en la plana cultural de varios rotativos capitalinos.

Ha publicado una selección de sus estudios críticos con el título Sueños del mago. Ensayos sobre dramaturgia cubana contemporánea (2003), que obtuvo el Premio Rine Leal en ese mismo año. En el 2000 le fue otorgado el Premio de Periodismo Cultural José Antonio Fernández de Castro, que reconoce el conjunto de esta destacada labor. Ocasionalmente ha trabajado como actor en el cine —Clandestinos (dir. Fernando Pérez, 1987)— y en la televisión.

Hace seis años que Amado vive entre España y Cuba: pasó casi cuatro años en Murcia y lleva otros dos en Madrid, sobrevolando el Atlántico con frecuencia. Sin embargo, su teatro dialoga siempre con su tierra natal. En septiembre de 2011 lo vimos en La Habana para el estreno de su obra Cuatro menos, que recibió el Premio Carlos Arniches de Alicante. El teatro Bertold Brecht, situado en el barrio del Vedado, reventaba de gente, con espectadores en el suelo y en las escaleras, viviendo la representación de manera visceral, asintiendo, aplaudiendo, riendo nerviosamente. La obra es muy crítica y plantea de manera abierta todas las cuestiones delicadas que complican la Cuba de hoy: “Aunque cierta crítica lo ha considerado un defecto, Cuatro menos es, voluntariamente, la menos literaria de mis obras, y la más ibseniana, cívica y periodística: hay observación de la realidad y pronunciamiento sobre ella”.

No obstante, sí hay mucho de España en una de sus obras, de brillante orfebrería poética: Reino dividido gira en torno a la Guerra Civil española y a la amistad que unió a Miguel Hernández y Pablo de la Torriente Brau. Gracias a esta obra, estrenada en La Habana, Amado del Pino cumplió el sueño de representar en España y en 2010 recorrió Orihuela, Alicante, Granada, Sevilla, Linares y León, conmemorando así el centenario de Miguel Hernández. “Hubo funciones preciosas, como la de Alicante, que coincidió con los días del aniversario de la muerte de Miguel y estaba llena de gente hernandiana, o la de Linares, donde gracias a Andrés Sorel, muy amigo de la cultura cubana, se celebró un evento de tres días y, como clausura, en lugar de un discurso, fue la puesta en escena de la obra. Eso fue muy lindo”. Amado rememora aquellos días y su gesto, risueño a lo largo de todo el encuentro, es ahora radiante: “Un periodista me dijo una vez que esta era la obra de Miguel Hernández que no se había escrito en España. Sería pedante que yo dijera eso, cuando es tan sólo la humilde versión cubana”.

La obra es el fruto de una investigación auspiciada por el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau (y su director Víctor Casaus, gran especialista de Pablo de la Torriente) y la Fundación Cultural Miguel Hernández, realizada por Amado del Pino y Tania Cordero, periodista, gestora cultural y, además, su mujer. A partir de los pocos datos conocidos sobre el encuentro entre ambos escritores, del Pino fabula toda la historia: “La vida documentada de los encuentros entre Miguel Hernández y Pablo de la Torriente cabe en un pliego. Ambos se conocen y Pablo nombra a Miguel Comisario de Cultura. Cuando cae Pablo, que cae muy temprano, en diciembre del 36 en Majadahonda, Miguel hace un extraordinario poema: la ‘Elegía segunda’ (la primera había sido a la muerte de García Lorca): ‘Me quedaré en España, compañero / me dijiste con gesto enamorado […] porque este es de los muertos que crecen y se agrandan / aunque el tiempo devaste su gigante esqueleto’. Después Miguel escribe una obra, Pastor de la muerte (para mi gusto no muy buena, como todas las de Miguel, que es uno de los más grandes poetas de la lengua pero un dramaturgo muy estático), donde a uno de los personajes, que es un trasunto de Pablo, lo llama El Cubano. Eso es lo que hay documentado; el resto es mío, todo es inventado”. Es precisamente un descubrimiento realizado durante la investigación el detonante para escribir Reino dividido: “No cabe duda de que la ‘Elegía a Ramón Sijé’ de Miguel Hernández es una de las grandes elegías del idioma, junto a las Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique. Sin embargo, en Orihuela descubro que Miguel y Ramón están peleados cuando este fallece. Miguel pensaría: ‘Tengo veintitantos años y una vida entera para reconciliarme con él’, pero de pronto su amigo se muere. Ahí hay un nivel dramático; cuando yo me entero de que Sijé y Miguel están enfrentados por razones políticas, e incluso religiosas, me digo: esta obra hay que escribirla”.

Además de sus dos protagonistas indiscutibles, por la obra desfilan más de cuarenta personajes, como Federico García Lorca, Pablo Neruda, Miguel Altolaguirre, José María Chacón y Calvo, María Zambrano o Teté Casuso, la esposa de Pablo de la Torriente, que fascina al dramaturgo: “Teté Casuso me interesaba mucho, pues fue un personaje apasionante: poeta medio mala, porque es una especie de eco de Juana de Ibarbourou y Alfonsina Storni, y al mismo tiempo chévere, pues es una de las primeras poetas feministas. Además, ayuda a Fidel Castro en la expedición del Granma pero termina mal con la Revolución. Cuando se escribe Reino dividido, el nombre de Teté Casuso, que había sido la musa, la muchacha, la adoración de Pablo de la Torriente Brau, no ha aparecido en un medio público cubano desde hace treinta años”.

Paralelamente a Reino dividido, cuyo texto está editado por el Centro Pablo, Amado escribió a cuatro manos con Tania Cordero una monografía, todavía inédita, titulada Los amigos cubanos de Miguel Hernández, que analiza el papel de los cubanos en el Congreso de Escritores Antifascistas de 1937 en Valencia, el de los oradores (y los que no lo fueron) del homenaje a Miguel Hernández en La Habana en enero de 1943, y la recepción de su obra en Cuba desde la Revolución. “Tania y yo trabajamos en el libro mucho más que en la obra. Pero bueno, ahí está, sin editor, esperando la lotería o mejores tiempos…”.

Del Pino ha sido jurado del Premio Tirso de Molina, ha impartido talleres de teatro y conferencias en la Universidad Menéndez Pelayo y en la Universidad de Alicante. Y, por supuesto, escribe.

Amado del Pino falleció en Madrid a los 56 años.