Juan Pedro Blanco Rodríguez

Juan Pedro Blanco Rodríguez
Juan Blanco
Nacimiento:  
29
/
6
/
1919
Fallecimiento:  
5
/
11
/
2008

Compositor. Uno de los pioneros de la música electroacústica en Cuba.

Nació en El Mariel, Pinar del Río. Estudió música en los Conservatorios Peyrellade y Municipal de Música de La Habana, con José Ardévol y Harold Gramatges.

Fue Alejo Carpentier quien lo puso en contacto, en 1959, en París, con las tendencias musicales de la vanguardia europea, en las obras de Pierre Boulez, Pierre Schaeffer, Olivier Messiaen y Karlheinz Stockhausen, en momentos en que estos compositores se habían propuesto crear un nuevo mundo sonoro. Carpentier incitó, con sus informes, la imaginación del artista, que ya buscaba, por medios propios, cambios en su lenguaje musical.

Las composiciones de Juan Blanco –y también las de Leo Brouwer y Carlos Fariñas- fueron las primeras en expresar el afán de renovación de la vanguardia musical. Así se muestra en un centenar de obras instrumentales, para coros y solistas; en música electroacústica pura y electroacústica mixta, que incluye piezas para orquesta sinfónica y banda magnetofónica, orquesta sinfónica con actores y varias pistas magnetofónicas; en ciclos de obras o estímulos para sonar en que utiliza materiales fílmicos, figuras geométricas, situaciones dramáticas, y otros recursos; en su música para teatro, cine, televisión, danzas y desfiles de gimnástica, y en la música destinada a ambientar exposiciones, monumentos, hospitales, áreas urbanas y rurales y espectáculos multimediales, donde articuló diversas formas expresivas y tecnológicas. Música para danza (1961), ballet en tres movimientos para banda magnetofónica, constituyó su primera creación electrónica, que realizó con un oscilador de radio; esta, y Estudio I y Estudio II(1961-1962) fueron las obras estrenadas en la primera audición pública de música concreta y electrónica realizada en Cuba, el 5 de febrero de 1964. En Texturas (1964), incorporó por vez primera a la música sinfónica procedimientos aleatorios, seriales y sonoridades en la banda magnetofónica. Octogonales (1971) inició la composición de una serie denominada por Juan Blanco Estímulos para sonar, que constituyó una nueva forma de hacer, pues en ella trabajó no sólo con la partitura, sino con elementos plásticos y estímulos que propiciaban otra alternativa para la música.

La obra de Juan Blanco puede dividirse en varias etapas. En la primera, de 1944 a 1948 -que él consideró no profesional-, desarrolló una expresión espontánea, aunque sus canciones tenían forma de lied y las obras para piano estaban tratadas como las de Franz Schubert, Johannes Brahms y Federico Chopin. De esa etapa son sus preludios para piano, el Himno a la Virgen (para voz y piano), piezas corales, canciones con textos amorosos, el pregón Vendo frutas de mi tierra, cuya línea melódica retomaría en una obra de su segunda etapa, y algunos sones muy sencillos, aunque estos no formaban parte de sus aspiraciones estéticas, pues su principal aspiración era la de hacer música de concierto.

El instrumento que sirvió de pauta a Blanco en esa etapa fue el piano, pues aún no tenía conocimientos suficientes de instrumentación y orquestación. En ese período formativo se nutrió de elementos de la música popular, lo que le proporcionó la necesaria experiencia auditiva y le permitió orientarse, entre 1948 y 1959, hacia su segunda etapa, llamada nacionalista.

El lenguaje nacional apareció en las quince obras de esta etapa, que incluyen música coral, música destinada a grupos instrumentales, para voz y piano, y para piano solo. Blanco realizó también en el período música incidental para teatro de títeres y teatro infantil, para orquesta sinfónica y orquesta de cuerdas, todas de relevante cubanía.

Así, despojó de solemnidad -no en la expresión, sino en el manejo de los medios- al Quintetonúm. 1 (para flauta, oboe, clarinete, fagot y violoncello), al introducir en el tema de su segundo movimiento un pregón que había trabajado en su primera etapa, y al llevar a un primer plano, en el tercer movimiento, el timbre de la orquesta Aragón, utilizando para ello el violoncello en una función diferente a la que suele desempeñar, que destacaba el papel rítmico por encima del melódico.

Igualmente, concibió La Elegía, para orquesta sinfónica, a partir de una microestructura del cinquillo cubano, no obstante ser una obra eminentemente dramática. Tríptico coral, Cantata de la paz, Son para turistas y Divertimento, fueron otras composiciones en las que encontró un nuevo modo de expresarse.

La música que Juan Blanco creó durante ese segundo período era sólo para ser ejecutada en salas de concierto. Presentaba diversidad de formas, en tanto se percibía en ellas la necesidad de estructurarlas libremente, más que aferrarse a estructuras preestablecidas o a normas académicas.

El compositor aparecía comprometido, por una parte, con los principios de una determinada escuela de composición y, por otra, con elementos extramusicales. Esto constituyó la forma de hacer típica de su tercera etapa creativa, de 1959 a1989, en la que sus inquietudes estéticas llegaron a la máxima expresión. Tras inicios de lenta exploración y maduración del nuevo universo sonoro, emergía su dominio de nuevos recursos técnicos, que le permitieron innovar ad infinitum.

Juan Blanco incursionó con igual interés, en esta última etapa, tanto en la música instrumental como en la electroacústica, empleando múltiples técnicas y medios sonoros, para adoptar en cada obra los que creyó necesarios para sus propósitos: el aleatorismo, en Contrapuntos espaciales y la serie de Estímulos para sonar; la mezcla de elementos aleatorios con seriales, en Texturas. Obras programáticas, minimalistas o serialistas muy libres de la etapa son Suite erótica, Ella y Música para un joven mártir.

Al igual que en el período anterior, y desde el punto de vista formal, Blanco se interesó por la búsqueda constante de la estructuración de la obra; siempre presto a encontrar nuevas formas de ordenar el discurso sonoro. Por eso no se encuentra en él una forma dominante, pues lo que buscó desde muy temprano fue mantener el equilibrio y la unidad, aunque no cumpliera una forma preconcebida, pues no eran de su gusto las estructuras arquitectónicas.

Por otra parte, aparecieron en sus composiciones, rasgos que las diferenciaron del período anterior en el trabajo armónico, pues al utilizar con la técnica serial debía mantener control estricto de todos los parámetros y poner cuidado en no repetir los sonidos que conformaban la serie.

Esta orientación no se mantuvo cuando empleó, posteriormente, otras técnicas de composición, entre las que se destacó un serialismo muy libre, donde no tuvo en cuenta si la serie estaba siendo o no cumplida.

Ante cada obra, Juan Blanco adoptó una actitud que lo hacía parecer un compositor diferente, aunque siguiera siendo el mismo, pues toda creación representaba para él un universo nuevo a descubrir, penetrar y dominar, hasta donde fuera posible, sin ataduras a criterios anteriores.

Obtuvo, por Música por computadora, el Premio Cubadisco 2002 en la categoría de Música electroacústica; y con Edesio Alejandro, por Tecnotrónicas, el Premio Cubadisco 2003, en la misma categoría.

Obras principales

Ballet

Liberación

Música de danza, ballet en tres movimientos, cinta magnetofónica

Banda magnetofónica

Ella

Ensemble V

Episodios, homenaje a la Segunda Declaración de La Habana

Espacios

Estímulos para sonar

Estudio I y II

Filmofonía

Hidrofonía

Banda magnetofónica y orquesta

Música para un joven mártir, homenaje a Conrado Benítez

Octogonales

Primero de enero

Pirofonía

Poema espacial Las Lomas

Son para turistas (texto de Nicolás Guillén)

Sonofonía

Suite erótica

Textura

-Coro mixto-

Canto de la paz, para solista, coro mixto y orquesta (con texto de Nicolás Guillén)

Tridimensionales

Tríptico coral, para coro mixto, solistas, trompeta, dos contrabajos y percusión (con texto de Nicolás Guillén)

Grupo instrumental

Contrapunto espacial I

Contrapunto espacial V, para tres grupos instrumentales, nueve actores, seis actrices y dos niños

Música incidental

El Mégano, música incidental para el film de igual nombre

Impresión por el crimen de Son My

La cornada, música incidental para teatro

Las doce sillas, música incidental para el film de igual nombre

Orquesta de cuerdas

Che dice a sus hijos y responden todos los niños del mundo

Chile vencerá

Desde su voz amada, homenaje a Lenin

Divertimento

Orquesta sinfónica

Electrofonía

Elegía

Quinteto

Quinteto núm. 1

Quinteto, para maderas y cello

Quinteto, para vientos, timbales y percusión

Voz y piano

Himno a la Virgen

Muere el 5 de noviembre de 2008 por un paro respiratorio, mientras estaba internado en un hospital tratándose problemas renales y de hipertensión arterial.


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