Maruja González Linares

Maruja González Linares
Nacimiento:  
27
/
9
/
1904
Fallecimiento:  
26
/
11
/
1999

Cantante soprano. Una de las figuras femeninas que pertenceiron a los elencos del maestro Ernesto Lecuona con quien hizo su debut y compartió escenarios y aplausos.

Nació en Mérida, Yucatán, México. Fue traída a Cuba muy pequeña y también pasó parte de su infancia en España.

Estudió canto en La Habana con Joaquín Zon, Alberto Soler Baró, Tina Farelli, Juan González y José Ojeda. Fue presentada en público por el maestro Ernesto Lecuona en uno de sus conciertos y su debut escénico ocurrió en 1929 con la zarzuela: "La flor del sitio", del mismo compositor.

A principios de los años 1930, cumplió numerosos contratos en Latinoamérica y principalmente en España. Se casó con Perico Suárez.

El maestro Jacinto Guerrero escribió para ella "La españolita", con libro de Fernández Ardavín y V. de Pedro, que estrenara en 1935, poco antes de su regreso a Cuba.

En 1936 estrenó en La Habana el papel titular de la zarzuela de Rodrigo Prats, Amalia Batista, y protagonizó, además, los títulos cubanos "El cimarrón" (1936), de Gonzalo Roig y "Sor Inés" (1937), de Lecuona.

Estuvo unida por largos años al barítono español Augusto Ordóñez. Ambos cosecharon numerosos éxitos en el mundo hispano, con un repertorio en el que sobresalieron fundamentalmente:
"Los gavilanes",
"Luisa Fernanda" (roles de Luisa y la duquesa Carolina),
"La leyenda del beso",
"La del soto del parral",
"La parranda" y
"Katiuska" (que ambos artistas hicieron conocer en La Habana, en 1940).

Ralizó presentaciones al lado de figuras como Jorge Negrete y Miguel de Grandy.
Dejó grabadas las operatas "La viuda alegre"y "Luisa Fernanda" así como otros discos con romanzas de zarzuelas y canciones.

Realizó una exitosa gira de varios años durante la primera mitad de la década de 1930, en la que estrenó varios títulos hispanos e intervino en el estreno madrileño de la zarzuela cubana "La virgen morena", de Eliseo Grenet (teatro Fuencarral, 1933), que alcanzó cientos de representaciones.

Tuvo presentaciones en escenarios de España, Portugal, República Dominicana, Puerto Rico, Colombia, Venezuela y en los Estados Unidos.

Cuando triunfa la Revolucion en Cuba, Maruja González se encontraba fuera del país y nunca regresó.
Maruja fue una diva en toda la extensión de la palabra. Una de las más mimadas por el público así como por sus compañeros, colaboradores, compositores.

Su ultima presentación pública fue en el Teatro Tapia de San Juan en Puerto Rico en 1965.

Era una dama muy simpática, con gran gusto para el lujo y el esplendor. Como cantante, poseía una rara cualidad para producir los más increíbles y bellos filados o pianissimi. Como actriz sus personajes eran siempre ampulosos, "dibujados" a grandes razgos. Estrenó muchísimas de las más famosas zarzuelas de la época, de los autores Ernesto Lecuona, Gonzalo Roig, Rodrigo Prats, Eliseo Grenet y otros. Pero también incursionó en la zarzuela española, lo cual la llevó a España donde se presentó con gran éxito.

Pero fue en la opereta La Viuda Alegre de Franz Lehar, donde se destacó como la equivalente de una superestrella de los tiempos modernos, tanto por su preciosa voz lírico ligero, su gracia interpretando el personaje Hanna de Glawaris y su extraordinario y lujoso vestuario, diseñado por los grandes modistos de la época, tanto en Cuba como en París.

Su famosísima colección de joyas también se desplegaba en sus presentaciones en esta opereta, lo cual requería un cuerpo de seguridad y numerosos vestuaristas y peinadores. Su interpetación de La Viuda quedó registrada en un Lp con la orquesta dirigida por el maestro Gonzalo Roig y acompañada de los grandes valores del bel canto: América
Crespo, Hernán Pelayo y Panchito Naya. Con Panchito Naya grabó otro icónico Lp titulado María la O en el cual se incluyen selecciones de esa zarzuela así como otras composisiones de los maestros Roig, que dirigió la orquesta, Lecuona, que aportó arreglos musicales y Rodrigo Prats.

Dejó también la grabación de la zarzuela Luisa Fernanda, donde representó a la Duquesa Carolina con Marta Pérez, Hernán Pelayo y Gil Mar, nuevamente dirigidos por el Maestro Roig.

Incursionó en televisión en La Leyenda del Beso, Los Gavilanes y otras zarzuelas y operetas presentados en el Gran Teatro Lírico Esso a través de CMQ TV.

Ya en los Estados Unidos, volvió a las tablas y en 1965 cantó La Viuda Alegre en New York con Manolo Torrente. Se retiró a Miami donde se convirtió en una "madrina" de los cantantes líricos cubanos que habían tomado el camino del exilio y apoyó todos los movimientos encaminados a restaurar el arte lírico cubano en Miami, especialmente con la
Sociedad Pro Arte Grateli.

Retirada de los escenarios públicos fue a vivir a Estados Unidos hasta que murió en Miami, Florida, Estados Unidos, el 26 de noviembre de 1999. Irónicamente, su fallecimiento fue totalemente lo opuesto a su opulenta vida, ya que murió
solitaria y en la pobreza total.