El fútbol cubano vuelve a sufrir otro duro golpe, el pasado 10 de agosto de 2020 en horas de la mañana falleció en su casa en Miami Juan Antonio Lotina Rodríguez, hijo de Juan Antonio Lotina Matín (1936-2006), uno de los hombres que más hizo por el balompié en la isla.

Juani siguió los pasos de su padre convirtiéndose en un gran entrenador y directivo del fútbol, tanto en Cuba como en Estados Unidos donde dejó su huella en la academia Jogo Bonito y en la escuela elemental Everglades K-8, donde trabajaba hasta su fallecimiento.

Un infarto de corazón terminó con su vida este lunes, pocos meses después de haber cumplido 61 años, dejando al fútbol sin el más genuino heredero del apellido Lotina.

“Mi padre fue tremendo hombre, un gran padre, un gran hijo y el mejor de los amigos”, dijo su hijo Luis Ernesto. “Y es así cómo quiero que se le recuerde”.

Y así se recordará porque Juani tenía un gran corazón y todos le querían, tanto como persona como de entrenador, incluso como árbitro, una de sus grandes pasiones.

En el equipo de Santos Suárez jugaba de líbero, por detrás de Semino, y era nuestro capitán. Tiraba los penaltis como nadie y era muy técnico, con un golpeo exquisito del balón. Como entrenador un maestro y modelo a seguir.

Tras jugar en las categorías inferiores en su natal la Habana, Juanito se dedicó a la noble profesión de enseñar, graduándose como licenciado en Cultura Física en 1992, además de tener en su haber varios cursos FIFA para directores técnicos.

Posteriormente se dedicó a entrenar hasta el 2004 a los campeones mundiales de dominio del balón Douglas y Erick Hernández, los cuales registraron varios récords Guinness, poniendo el nombre de Cuba en el firmamento futbolístico.
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Lotina Jr. continuó entrenando hasta diciembre del 2011 en la Escuela Nacional de Fútbol de Cuba, donde después de ser subdirector técnico llegó a ocupar el cargo de director. Antes de venir a Miami estuvo trabajando en la comisión nacional de fútbol.

Ya estando en EEUU, Juani logró concluir el libro “Historia del fútbol en Cuba”, donde condensa todo lo ocurrido en la isla en relación al llamado Deporte Rey hasta 1959. Sin dudas una obra extraordinaria, imperdible, iniciada por su padre y que él retomó tras su muerte en el 2006.