Cantante y compositor cubano. Personaje controvertido y polémico, tuvo su primer impacto como cantante invitado de la orquesta NG La Banda. A pesar de poseer una voz poco entrenada, su presencia escénica y su habilidad como compositor le ganaron pronto un lugar entre los más importantes músicos y orquestas de Cuba.

Apodado por José Luis Cortés "El Médico de la salsa", es un suceso en la música popular cubana. Graduado en la Escuela de Medicina, pero junto a los libros de medicina estaban los discos de salsa, así aprendió el arte y la capacidad curativa que puede tener la música para transformar la cotidianeidad en alegría y euforia colectivas.

Debuta en el año 1993 con el álbum “Una Aventura Loca” que lo da a conocer en toda Cuba, después de su paso por la orquesta NG La Banda, donde refuerza ese talento especial para el escenario a pesar de no contar con un fuerte antecedente musical. Dicen que a principios de 1993 andaba con la misma camisa, el mismo pantalón y el mismo par de botas dándole la vuelta a La Habana tratando de que alguien escuchara sus canciones. Cuatro años más tarde, era el salsero de la Isla que más discos vendía, que conmocionó los estadios y plazas de baile en las giras por los barrios y que repletaba los centros nocturnos donde actuaba no obstante el costo de las entradas. Sus temas se difundían a todas horas en la radio y eran escuchados con tanta intensidad en los lugares públicos que un periodista español se preguntaba si estaba establecido por decreto hacer sonar al Médico de la Salsa en todos los bares de La Habana.

Sucede que Manolín era el protagonista de una ¿tendencia? ¿moda? ¿síndrome? ¿estilo? Que no parecía aflojar luego de más de una docena de temas "pegados". Después de cantar "A que me mantengo" y "Somos lo máximo, lo que se vende como pan caliente", Manolín se confiesó musicalmente al decir "yo tengo mi mecánica …" Una mecánica que sus seguidores defienden con energía, sus detractores minimizan y algunos de sus colegas fingen ignorar. Este fenómeno ha influido en la música cubana de esa década a tal punto que Juan Formell señaló que "nadie imaginó que Manolín iba a crear un nuevo estilo musical, porque todo, o casi todo, lo que hoy suena en Cuba, de una forma o de otra, tiene que ver con este suceso musical".

Su historia comenzó a mediados de 1993. En esa época ya estaban establecidas todas las orquestas que luego Manolín igualó - y en no pocos casos superó - en índices que, internacionalmente, se utilizan para evaluar el producto musical, récords de ventas y honorarios por las presentaciones.

"Lo primero que hice fue oír toda la música cubana. Junto a los libros de medicina estaban los discos de salsa. Luego busqué mi propio espacio en la música. Lo que más se acercaba a lo que yo quería era NG la Banda: Como compositores me interesaban Juan Formell y Giraldo Piloto; en la interpretación gente como Rubén Blades y Juan Luis Guerra. Consideré que era necesario hacer un rompimiento en la manera de hacer música. La vida cambiaba e incluso ya no se bailaba igual."

Manolín surgió en el momento del boom de la salsa cubana que a los valores propios de la música (materia prima de la Isla que ha nutrido a generaciones de músicos aquí y en el extranjero) se añadieron con fuerza factores que en lo adelante no podría soslayar ningún director de orquesta: estrategia de promoción, estudio de mercado, requerimientos del público, imagen escénica, el establecimiento de diferentes sellos discográficos en el país, formas de retribución económica y el surgimiento de nuevos centros de baile que van creando una incipiente tradición. A los sitios populares como el legendario Salón Rosado de La Tropical se sumaron otros de perfiles diferentes como El Palacio de la Salsa, La Cecilia y el café Mi Habana. Estos lugares fueron estimulando una mitología del espectáculo, inédita durante las décadas previas. En todos ellos, Manolín se paseó como un monarca que siempre encontró un público dispuesto a aplaudirlo.

Y ahora soy el Rey y si te gusta bien
y si no también
Porque hay que estar arriba de la bola

Al analizar su meteórica trayectoria hay que ir más allá de lo musicológico. Pero, por otra parte, sería una ligereza analizar su popularidad mediante la sobrevaloración del "ángel" y el "carisma" de Manolín. Si bien el carisma es responsable en gran medida de su éxito, este atributo no resulta suficiente para explicar lo alcanzado por el joven salsero en poco tiempo y que Elio Revé sintetizara con su lenguaje directo: "El Médico ha producido un "palo" y eso hay que reconocerlo."

Otros músicos con similar simpatía, mejor pinta y con superiores cualidades vocales no pudieron lograr en tan poco tiempo lo que hizo Manolín; situarse en el centro del boom salsero, influir en su evolución y, lo que resulta más curioso, protagonizar una polémica que, en muchos ocasiones, alcanzó aristas extramusicales.

"No tengo ni siquiera un afiche y las portadas de los discos no son lo buenas que deseara. A diferencia de otros intérpretes en el mundo, que disponen de un amplio respaldo promocional a través de videos, entrevistas, carteles, etc., en su caso fue la música, la mayoría de las veces, la que hizo su propia promoción."

Sus detractores enarbolan rápidamente como bandera la voz pequeña de Manolín (el propio artista defiende su tono bajo, su tesitura amable). Sus defensores le restan importancia a esa realidad. El bando contrario argumenta que el Médico se repite, que la fórmula es sencilla, que todo depende de los coros. Entonces los que militan en las filas de Manolín señalan que si fuera tan sencillo ¿por qué otros copiando la receta del Médico no logran pegar su música con igual facilidad?

"Creo que es muy importante contar bien una historia de principio a fin para que el número pegue. No basta con el estribillo. Por ahí hay muchas piezas con buenos coros, pero no se pegan. El coro es eficaz siempre que se inserte coherentemente con la historia, con la pieza en general. Yo juego con las palabras, más que con la música. Solo he puesto la palabra en función de la música. La música es una sola y todo lo que sirva lo incorporo, ya sean elementos de rap, rock, pop, baladas, boleros, … todo lo que guste a la gente lo llama salsa sin prejuicio. Le canto al amor, al desamor y a todas las cosas respetando al bailador por sobre todas las cosas".

"No le he quitado espacio a nadie. De lo único que me pueden acusar es de trabajar mucho y de tener la aprobación popular. Además lo confieso sinceramente, me interesa llenar los estadios en mi país y conquistar nuevos públicos en otras partes del mundo. Tengo muchos números por entregar y otros dándome vueltas en la cabeza. No le tengo miedo al futuro. Que me ponga límites la vida".

Manolín es hijo de Fefita Hernández, destacada intérprete de la música tradicional campesina, estudió Medicina (se graduó en 1992). De jovencito soñaba con ser un artista como Silvio Rodríguez y terminó siendo un salsero pero nunca olvidó la guitarra.

En 1996 con su tema "La bola", que es a juicio de muchos, su tema más elaborado y bailable. En este álbum retrata de una manera lírica el sentir habanero.

Su tercer álbum, grabado en 1997, tuvo gran aceptación por los seguidores y bailadores de su música, pegando temas como Somos lo que hay, Pegaito pegaito, No lo comentes, etc...

Para fines de los años 1990, Manolín ocupaba las primeras posiciones en los rankings, su banda llenaba todos los espacios, y estaba escribiendo canciones para bandas como Charanga Habanera, NG La Banda y Bamboleo.

Manolín se inició cantando en el Salón Rojo del Capri. En 1993, impulsado por José Luis Cortés, formó su propio grupo, con indudable influencia de NG La Banda, de Cortés, e Irakere, de Chucho Valdés. Su equipo creativo incluyó a varios arreglistas, entre ellos el pianista Luis Bu y Chaka Nápoles. La sección rítmica de Manolín fue una de las más populares de Cuba. El poder adquisitivo sin precedentes de Manolín tuvo un impacto sísmico en la escena de la timba, provocando un nivel de entusiasmo entre los músicos que no se había visto desde la década de 1950, si es que alguna vez se había visto.

Los primeros contratiempos en la carrera de Manolín surgen cuando éste pide en sus canciones, «tenderle una mano» a la comunidad cubana de Miami. Sus letras propugnando la amistad entre cubanos de la isla y cubanos de Florida son mal vistas por el gobierno y rápidamente prohibidas en Cuba.

"El médico de la Salsa" tuvo muchos conflictos con el gobierno cubano, lo que finalmente desembocó en su famoso coro "El puente" y su posterior salida de Cuba. Fue residente legal de Miami, Florida durante algún tiempo. A partir de 2013, después de trece años fuera de Cuba, Manolín se mudó de regreso a Cuba y estuvo de gira por la isla con Pachito Alonso y su Kini-Kini. En esa histórica gira, en su actuación inicial de La tropical estuvieron presente los grandes todos de la salsa y la música cubana, periodistas, bailadores, turistas y directores artísticos, bailarines, artistas de todo tipo y empresarios: Los Papines, músicos de Los Van Van, Elito Revé, David Calzado, Los Cuatro, Gente D´Zona, Nelson Peña, Ramón Cañizares, creador del programa radial El Cóctel y De cinco a siete.

Su segunda carrera en la capital cubana no llega a nada, por supuesto, y regresa a Miami.

Respecto a sus preocupaciones musicales, ha dicho Manolín: «En verdad yo no estaba en los planes de la salsa, no me calcularon. Pero en el arte nadie sabe nunca lo que un hombre lleva dentro de su corazón y de su mente. Tampoco es fácil saber lo que la gente espera de uno [...]. Yo me dediqué a estudiar el panorama cultural bailable de mi país. Siempre he sido un estudioso concienzudo de la música cubana, que admiro apasionadamente, porque sé el valor que tiene.

Analicé todo lo que había y lo que faltaba [...]. Recibí estímulo, apoyo, orientación, pero lo mío fue un asunto muy personal. Por eso no quise integrar ningún grupo: quería embarcarme en mi propia empresa [...].» (Lam: «El fenómeno de Manolín...».)

En sus obras, Manolín utiliza algo que es muy viejo en la música cubana: El estribillo, precedido de una copla; por intuición él sabe que el estribillo, en la música popular, se utiliza como un complemento de la copla, aunque generalmente no se ajusta a la rima ni al sentido de esa copla ni tampoco en muchos casos a su contenido, pues la copla encierra un pensamiento y el estribillo añade una nota lírica.

Y ahí está el éxito de sus creaciones, en saber conjugar estos elementos en función de lo bailable, de la euforia del bailador; se vale del hecho cotidiano, de una frase cazada al azar, para integrarla a ese estribillo, con una nota lírica. Manolín «es como un repentista de los estribillos», afirma Rafael Lam.

Su música es irónica, consistente, espontánea, y cubre un abanico musical que va desde lo romántico hasta los sonidos más estridentes y revolucionarios de la Timba como en" La vida no es tan tan”, donde se luce "Chaka" en el piano, pasando por esa combinación sabrosa de lo acentuadamente habanero en un marco lírico y respetuoso de indudable buen gusto para los que prefieren quedarse sentados a la hora del tembleque.

El "Médico" agrega una sutileza quirúrgica a la línea de la música cubana contemporánea y sin negarle el derecho al bailador, refresca un poco el verano caliente de la polirritmia de los '90s con su voz que nos lleva por esa Habana romántica y bastante humana afuera de los salones de baile.

Con su banda, Manolín ha actuado
En La Tropical y El Palacio de la Salsa, en Cuba
En la Universidad de Bruselas, Bélgica
Club “El Barrio”, Berlín
Sabor Latino, Turín
Paladio, Roma
Sala Apolo y Café Mercado, Barcelona
El Cubanito, Zurich
La Coupoule, París

Discografía
(1994) Una aventura loca.
(1995) Para mi gente.
(1997) De buena fe.
(1998) Jaque mate.
(2001) El puente. (live in Hialeah, FL).
(2003) Giro total.
(2004) Hall of Fame: Historia musical.
(2004) La mitad ... de Miami. (compilation).
(2006) Grandes éxitos. (compilation).
(2012) Tiene que ser Manolín.

En junio de 2021 Manolín anuncia que se retira de los escenarios y de la vida pública