José Ramón
Betancourt
Betancourt

José Ramón Betancourt Betancourt
El estudiante, Las dos banderas
Nacimiento:  
6
/
7
/
1823
Fallecimiento:  
23
/
6
/
1890

Escritor cubano que se destacó por su labor en la prosa.

Nace en Puerto Príncipe, Camagüey. Pasó su infancia en Camagüey. Allí cursó la primera enseñanza en el colegio de los Padres Escolapios y fue alumno de filosofía y latín. Se trasladó a La Habana y estudió leyes en el Seminario de San Carlos. En 1847 obtuvo el título de Licenciado en Derecho Civil y Canónico y el de abogado, otorgado por la Audiencia de Puerto Príncipe. En dicha ciudad fue nombrado síndico procurador general del Ayuntamiento. Estuvo vinculado a los primeros movimientos revolucionarios y publicó sus artículos en la Gaceta de Puerto Príncipe.

En 1851 fue desterrado a España por su vinculación con los grupos anexionistas que operaban en Camagüey. Regresó a La Habana en 1856.

Era director del Liceo Artístico y Literario de La Habana cuando fue coronada la Avellaneda en 1861.

Se trasladó a Europa en 1868 a causa de la ola represiva desatada contra el alzamiento de Céspedes. Viajó por Italia, Francia y España. En este último país fue nombrado diputado a Cortes por Puerto Rico. A través de dicho cargo denunció la trata de esclavos y expuso la grave situación política y social de Cuba y Puerto Rico.

En 1879 fue designado diputado a Cortes por Camagüey. Gracias a sus gestiones fue creado el Banco Agrícola y el Instituto de Segunda Enseñanza de su cuidad natal. Fue electo Senador del Reino por la Sociedad Económica de Amigos del País de Cuba y Puerto Rico.

Se distinguió como orador. Colaboró en revistas y periódicos, publicó versos, pero su labor mayor está en la prosa. Murió en La Habana en 1890.

El periódico literario El Fanal de Camagüey publicó su novela Una feria de la Caridad en 183... en el año 1841. En La Habana se hizo una segunda edición en 1858 y, más tarde, una tercera en Barcelona. Está escrita con la finalidad de censurar el juego.

Allí aparecen distintos personajes históricos en el legendario Camagüey entre 1835 y 1840: Gaspar Betancourt Cisneros, El lugareño, el orador sagrado Montes de Oca, el patriota Joaquín de Agüero, entre otros. El núcleo de la obra gira en torno a las fiestas de la Caridad en un pueblecito en las cercanías de Puerto Príncipe.

Colaboró en La Gaceta y El Fanal (Camagüey) y en la Revista de Cuba y la Revista Geográfica Comercial(Madrid).

Entre sus obras se encuentran además de Una feria de la caridad en 183...; Cuento camagüeyano, Cartera de viaje, Las dos banderas. Apuntes históricos sobre la insurrección en Cuba. Cartas al Exmo. Sr. Ministro de Ultramar. Soluciones para Cuba, Prosa de mis versos, Discursos y manifiestos políticos, 1887.

José Ramón de Betancourt y Betancourt fue un producto notable del desarrollo cultural del patriciado principeño: en él se concentraron sus principales méritos: la lucha por la ilustración, la voluntad de unir interés económico y compromiso social, el afán de ubicar a Cuba en un lugar importante en el conjunto de las naciones, y también coincide en las contradicciones ideológicas que esa capa social mostró, especialmente desde 1868 hasta el período de entre guerras, lo que en él se manifestó en el hecho de escoger la vía del reformismo autonomista antes que el camino de la independencia para conservar la prosperidad económica de Cuba, aunque mostró simpatías por muchas figuras asociadas con la lucha por la libertad.

Resultó particularmente notable su exitoso empeño de homenajear a su coterránea y amiga Gertrudis Gómez de Avellaneda con un acto simbólico de coronación en el Teatro Tacón. También fue uno de los pocos que asistió al entierro de la escritora, cuando, casi olvidada, falleciera en Madrid el 1 de febrero de 1873.
Él y su esposa Ángela López acogieron en su casa madrileña con frecuencia a Martí durante el periodo de su primera deportación a España. Años después el autor de Ismaelillo evocará ese hogar en una reseña publicada en Patria:

Como propios trató siempre en su casa a los hijos de sus amigos. En su casa de Madrid, refugio amable de los que jamás cesaban de trabajar por la independencia del país, ni pisaban viles nunca, ni cubanos de aquellos que a la hora de nuestro martirio andaban por revistas y cafés celebrando las “glorias de nuestra española infantería”, ni más españoles que los que defendían la libertad. […]
Se contaba con ternura la pobreza grande de Francisco Díaz Quintero, que por no dejar morir El Jurado Federal, donde defendía el derecho de Cuba y la libertad y la clemencia, empeñaba las cucharas, las sábanas, el pequeño tesoro de su noble Pepa y del único hijo. Se hablaba mucho de Gaspar Cisneros, cuyas obras, cuidadosamente recogidas en sendos cuadernos, hojeaban los neófitos reverentes. Por su apodo de “Cuba Libre” se llamaba al hijo del Marqués —que para no pesar sobre el amigo de su padre, se hacía de papel los huesos en que estudiaba, siempre vestido de negro, la medicina. Era sesuda y hospitalaria la casa de José Ramón Betancourt en Madrid.[…]

Aunque cultivó la poesía, el teatro, los artículos de viajes, su obra más célebre es la novela Una feria de la Caridad en 18... que, a pesar de tener numerosos defectos en su construcción, es capaz de pintar magistralmente al Puerto Príncipe de la primera mitad del siglo XIX y ofrecer un cuadro muy completo de las costumbres de sus habitantes.

José Ramón de Betancourt falleció en La Habana el 23 de junio de 1890 en su residencia de Galiano 84. Hoy se le recuerda como a uno de los intelectuales principeños más notables del período colonial.