Entre sus contribuciones a la cultura hay que contar la devoción con que cuidó la papelería de Dulce María Loynaz, de quien era su albacea literario, y la memoria de Rita Montaner, Pedro Junco y el teatro pinareño Montaner.

Periodista, crítico literario y de cine, Aldo parecía encarnar un infatigable espíritu renacentista, por los múltiples campos que cultivó y su incesante labor promotora.

Ofreció conferencias en Cuba y España. Fue merecedor de importantes galardones en su patria y en Sevilla y Granada. Varios artículos suyos han aparecido en revistas nacionales y extranjeras.

Entre sus últimos y más cuajados trabajos se hallan un examen de la novela El vuelo del gato, de su coterráneo Abel Prieto, y un ensayo biográfico sobre Pedro Junco, el autor del clásico bolero Nosotros.

Alrededor de 1971, el escritor y periodista comienza una amistad con Dulce María Loynaz y en una ocasión le pidió escribir su biografía. Obtuvo por respuesta un no rotundo. Luego de varios meses de insistencia, como quien se rinde por cansancio a un niño caprichoso, ella accedió, a condición de que la biografía fuera escrita sin cronologías, sin detalles. “No deseo ser medida, sino soñada, no aspiro a que me observen con un microscopio, sino a que tengan de mí una presencia un poco intangible, un poco fugitiva...”

Bibliografía activa:
Obra Completa de los hermanos Saíz, 1960.
Rita, la única, 1988.
Pedro Junco: como soy, 1995.
Cartas que no se extraviaron, 1997.
Como estrella escondida, 1997.