Andrés Perfecto Eleuterio Galdino Confesor
Hechevarría
Callava

Niño Rivera
Foto
Granma
Niño Rivera,
Nacimiento:  
18
/
4
/
1919
Fallecimiento:  
27
/
1
/
1996

Compositor, destacado ejecutante del tres, orquestador y director de orquesta cubano.

Niño Rivera nació en Pinar del Río. Con Joaquín González estudió solfeo y teoría de la música; con Ernesto Muñoz Bouffartique, armonía; y con Vicente González-Rubiera “Guyún”, guitarra y armonía. Años más tarde estudió armonía, contrapunto y forma con Enrique Bellver, y orquestación con los maestros Félix Guerrero y Evelio Landa.

Cuentan que de niño alguien de la familia lo vio «enredado» con el tres de su tío Nicomedes y ya enterado de ello, el adulto lo sorprendió luego escondido «dándole uña al tres». Comenzaba así la historia de este «niño prodigio», que a la edad de nueve años integró el sexteto Boloña, en La Habana, y a los 12 comenzó a dirigir el septeto Caridad, del tío Nicomedes, donde se iniciara como tresero.

Se trasladó a La Habana en 1926; alternaba tocando el tres en los septetos Segundo Boloña, y Cárdenas, entre otros. En 1929, de nuevo en Pinar del Río, reorganizó el Septeto Caridad con Miguelito Cuní como cantante. En 1935 viajó con este grupo a La Habana para hacer algunas presentaciones. Dos años después integró el famoso Septeto Bolero de Tata Gutiérrez que posteriormente dirigió.

En 1942 fundó su Septeto Rey de Reyes con el cual trabajó hasta 1945, año en que lo transformó en Conjunto de Niño Rivera. En su septeto incluyó un cuarteto vocal armónico, experiencia única en la historia de agrupaciones soneras de este tipo.

Se vinculó por esa época al grupo de compositores e intérpretes conocido como “los muchachos del feeling”: José Antonio Méndez, César Portillo de la Luz, Elena Burke, Jorge Mazón, Justo Fuentes y Frank Emilio, entre otros.

En 1944 escribió El jamaiquino, son que se hizo popular de inmediato y constituye hoy una de sus obras más difundidas internacionalmente. Entre sus primeras composiciones que llegaron al disco, se encuentra el son montuno Simani (grabado por René Álvarez y su conjunto Los Astros en 1948).

En sus arreglos para distintos grupos, sobre todo conjuntos, experimentó con ingredientes de jazz fusionados con géneros musicales populares cubanos. Creó un estilo al que llamó cubibop, mezcla de bebop con música cubana, que quedó reflejado en varias grabaciones de los arreglos hechos en los años 40 y 50.

La iniciativa careció de promoción, y al igual que el ritmo batanga, creado posteriormente por Bebo Valdés, no llegó a popularizarse, pero, al decir de Leonardo Acosta “fue una estimulante experiencia para los músicos que continuaron trabajando en esa línea innovadora.” Con su conjunto grabó en 1949 un mambo de su autoría titulado Cubibop.

A finales de la década de 1940 se dieron a conocer, a través de grabaciones, números suyos concebidos dentro del estilo cubibop; entre ellos Átomo, compuesto en colaboración con Luis Yáñez en 1949, interpretado por la famosa Orquesta Casino de la playa. Este, con sus cantantes Roberto Faz y Roberto Espí, fue el primero en difundir boleros de los principales autores del feeling, siempre con arreglos de Niño Rivera: Tú mi adoración, Quiéreme y verás, y Ayer la vi llorar (José A. Méndez); Realidad y fantasía y Nuestra canción (Portillo de la Luz); Eres mi felicidad (Niño Rivera), por mencionar sólo los más conocidos.

En la emisora Mil Diez del Partido Socialista Popular, Rivera hizo presentaciones con el grupo Loquibambia Swing, dirigido por el pianista Frank Emilio, con Omara Portuondo como cantante.

En su humilde casa en el barrio habanero de Párraga tenían lugar “descargas” en las cuales cantaban y tocaban durante horas los muchachos del feeling, alumbrados por velas o candiles, pues la vivienda carecía de luz eléctrica.

Con su conjunto realizó grabaciones en 1952 con el cantante Pepe Reyes (1932-1981), entre ellas su bolero De mí para ti.

Viajó con José Antonio Méndez a México en 1956. Este lo presentó a directores de orquesta de ese país –Mario Ruíz Armengol, José Sabre Marroquín, Luis García Esquivel, Chilo Morán, Arturo Núñez, Pedro Beltrán Ruíz y Gonzalo Curiel– para los cuales escribió numerosas orquestaciones ajustándose a los requerimientos de cualquier formato: agrupación de cuerdas, jazz bands, conjuntos o grupos informales.

Su demostrada versatilidad y originalidad hizo que en México las firmas discográficas RCA Victor, Musart, Columbia, Peerless, Decca, Margo y Seeco lo contrataran para hacer numerosos trabajos orquestales.

De regreso a Cuba continuó su labor como orquestador para Ernesto Duarte, la orquesta CMQ dirigida por el maestro Enrique González Mantici, Arcaño y sus Maravillas, Riverside con Tito Gómez, Hermanos Castro y el Conjunto Casino de Roberto Espí.

En 1956 Chico O´Farrill incluyó El jamaiquino en la producción discográfica Cuban Jazz King. Al año siguiente Niño Rivera participó en el hoy famoso disco Descargas cubanas de Israel López “Cachao”, en el cual se incluye su composición Oye mi tres montuno, con una extensa participación suya en el tres.

Dirigió musicalmente y ejecutó el tres en el disco de larga duración Cuban Jam Session Vol. 3, editado por la firma discográfica cubana Panart, en el cual participaron además: Orestes (Macho) López, piano; Santiago El Negro Vivar, trompeta; Emilio Peñalver, saxo; Richard Egües, flauta; Salvador (Bol) Vivar, contrabajo; Guillermo Barreto, timbales; Rogelio (Yeyo) Iglesias, bongós; Tata Güines, tumbadora y; Gustavo Tamayo, güiro.

La década de 1950 lo consagró como uno de los mejores arreglistas de Cuba. Recibió, de directores de orquestas, solistas y grupos de varios países, encargos de trabajo que no siempre se acreditaron a su nombre.

Hizo en 1958 con el cantante Miguelito Cuní un disco de larga duración hoy considerado antológico con sones de Bienvenido Julián Gutiérrez (Convergencia, Los tres Juanes, El cielo tenebroso, El diablo tun tún, entre otras piezas) con formato de septeto tradicional en el cual aparecen numerosos solos suyos de tres.

Formó un nuevo conjunto por esos años al que llamó Niño Rivera y su Con-bán (conjunto-banda) con el cual realizó grabaciones con cantantes como Orlando Vallejo, Luis Yáñez, Gil Valladares y Frank García. Con su grupo se presentó en varios países tras el triunfo de la Revolución.

Participó en la formación del Conjunto Estrellas de Chocolate en 1959 y tomó parte como tresero, arreglista y compositor en su primer disco de larga duración (Fiesta cubana) de 1960. La Orquesta Aragón popularizó por esa época su chachachá No quiero líos.

En 1961 tomó parte en el álbum Descargas cubanas -Cachao 1961, con Israel López “Cachao”, Isaac Oviedo y Chocolate Armenteros.

En la década de 1960 dirigió orquestas de estudio en numerosos discos, tanto respaldando a cantantes: Moraima Secada, Omara Portuondo, Pepe Reyes, Ela Calvo, Miguel de Gonzalo, Reinaldo Henríquez, como en instrumentales: serie Praga, Cuba te saluda, 1961-62. Continuó su labor como arreglista para conjuntos y orquestas, participó como invitado especial en varias producciones discográficas y realizó presentaciones con su conjunto hasta 1986. En 1979 participó en la serie Estrellas de Areito, como arreglista e instrumentista. En 1981 presentó un larga duración con el cantante Miguelito Cuní y un grupo de músicos de primera línea, como Rubén González (piano), Manuel “Guajiro” Mirabal y Jorge Varona (trompetas).

Uno de los maestros contemporáneos del tres, Francisco “Pancho” Amat opinó sobre su estilo: “El Niño le incorpora al tres la armonización filinesca, algo sumamente difícil por las condiciones específicas del instrumento. (…) Lo consigue a base de talento y de esfuerzo. Va por las notas extrañas del acorde, bordeando, tejiendo en la periferia y nunca por la triada central, que sería lo normal; su sonoridad es exótica. Y si alguien quiere aprender los secretos del tres debe escucharlo, aprender con sus grabaciones.”

Niño Rivera escribió un Método de tres, aún inédito, que contiene la historia del instrumento; encordadura; afinación; extensión; escalas mayores, menores o cromáticas; lecciones para todas las tonalidades; estilos de interpretar el son y ejemplos de piezas.

En 1986 terminó la composición de un concierto para tres y orquesta que no pudo estrenar. Falleció en La Habana el 27 de enero de 1996.

Entre sus obras relevantes, como compositor, destacan los boleros Fiesta en el cielo, Carnaval de amor, Amor en festival, Mi realidad eres tú, No me hagas culpable; y los sones Los caminantes, Juan José, Jóvenes y viejos y Azúcar con ají.

La vida y la obra del compositor de temas como El Jamaiquino (su pieza más conocida), Carnaval del amor, Monte adentro y Tú y mi música, tienen huellas en la historia de la música cubana.

Del Niño Rivera ha dicho el propio Pancho Amat: «Con solo tres sonidos logró dar la imagen armónica ofrecida… a base de talento y esfuerzo. Fue por las notas extrañas al acorde, bordeando, tejiendo en la periferia y nunca por la tríada central, como sería normal. Creó otro estilo de exótica sonoridad».

La obra de Rivera abarcó géneros como el son, la guaracha, el mambo, el bolero y la canción. Realizó orquestaciones en México para Mario Ruiz Armengo, José Sabré Marroquín y Luis García Esquivel, entre otros, y para las disqueras rca Víctor, Musart, Columbia, Peerles, Decca, Margo y Seeco. En Cuba, las hizo para las orquestas de Ernesto Duarte, cmq, Arcaño y sus Maravillas, Riverside, Hermanos Castro y el Conjunto Casino. Cuando murió a la edad de 76 años, el 27 de enero de 1996, dirigía su propia agrupación.

Este gran músico, al que el investigador Leonardo Acosta etiquetó como «el gran olvidado de la música cubana», se le debería tener más presente, por sus aportes indiscutibles a la música cubana.