“…la razón íntima de su hazaña nos queda siempre entre las manos, como el polvo de una mariposa esquiva que defiende a toda costa la altura de su vuelo”.

Juan Marinello

Alicia Alonso y Cuba son una misma palabra. La Prima Ballerina Assoluta es una metáfora de la luz, como la definió Mirtha Aguirre; la artista más grande y de mayor trascendencia de esta isla. Y aunque mucho ya se ha escrito de ella, nunca es suficiente. Este viernes, en la Sala Villena de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba fue presentado el libro Alicia Alonso. Gloria y escuela, de Pedro Simón Martínez.

Según el también director del Museo Nacional de la Danza, el nombre del libro es un juego de palabras a partir de una cita de Juan Marinello sobre la bailarina:

“Alicia Alonso ha hecho gloria, pero también escuela”.

El ejemplar de Ediciones Cubanas ofrece una síntesis biográfica con una selección de textos valorativos e imágenes de especial elocuencia, que propician un acercamiento a la personalidad artística y humana de Alicia Alonso.

En la presentación del libro, el intelectual y poeta Miguel Barnet aseguró que Alicia Alonso está en el espíritu de todos los cubanos, especialmente de aquellos que aman el arte. Resaltó sus aportes a la cultura cubana.

Asimismo, habló de su vida, que no fue siempre un camino de rosas y como en sus últimos años “bailó desde la oscuridad y esa propia oscuridad la convirtió en una luz prodigiosa”.

Barnet destacó que este primer intento biográfico dará pie a que alguien en el futuro inmediato escriba una biografía completa de Alicia Alonso, que es en definitiva una biografía de Cuba.

“Ninguna bailarina fue más completa que ella; una gran miliciana en aquella avanzada. Eso la coloca en un sitial que pondera al arte. No hay una artista más patriota, revolucionaria y cubana que Alicia Alonso”, destacó.

Por su parte, Pedro Simón contó cómo a la hora de asumir este libro se topó con el principal problema que enfrentan todos los que escriben de Alicia Alonso: ordenar toda su carrera cronológicamente.

“Era una gran intérprete, pero al mismo tiempo coreógrafa, maestra e impulsaba el movimiento de la escuela cubana de ballet. Cuando se va a recrear eso en un texto es difícil, porque ella hacía las cosas paralelamente en varios lugares”.

Por otra parte, refirió que casi todas las fotos tienen doble lectura, más allá de su aporte estético. “Que se disfrute el libro y después de su lectura, se conozca más de ella, es mi mayor aspiración”, concluyó.