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Subastarán ‘La Reunión’, del cubano Wifredo Lam en Christie's

Christie’s subastará el próximo 11 de noviembre el cuadro La Reunión, del pintor cubano Wifredo Lam, que podría alcanzar un valor de entre tres y cuatro millones de dólares, según la casa de subastas.

Christie’s, que describe la obra, ejecutada en 1942, como uno de los “trabajos artísticos más importante de Lam”, apunta que la pieza estará expuesta en su sede de Los Ángeles hasta el 23 de octubre y en Nueva York, donde se procederá a su subasta, entre el 30 de octubre y el 11 de noviembre.

La especialista de Christie’s en pintura latinoamericana Marysol Nieves calificó La Reunión como un ejemplo excepcional de Lam de principios de la década de los años cuarenta del siglo pasado, “una década en la que el artista alcanzó su madurez plena”.

“Esta obra monumental recoge magistralmente todo lo que es Lam –su singular contribución a la historia del arte moderno– la convergencia de las prácticas de vanguardia del siglo XX con las cosmologías del Nuevo Mundo”, agregó la experta.

El cuadro que subastará la firma fue pintado en La Habana en 1942, después de que el artista hubiera vivido en Europa desde los años 20, donde trató con artistas e intelectuales como Pablo Picasso, Henri Matisse, Frida Kahlo y André Breton.

Christie’s insiste en que La Reunión es un “ejemplo maravilloso” del trabajo del artista, que incluye su característico caballo con cabeza de mujer, que apareció por primera vez en la obra del artista en 1940.

Inspirada en la poesía de Bretón y la obra de los postcubistas y surrealistas, incluido Picasso, “la mujer caballo es una amalgama del modernismo europeo y la divinidad afrocubana”.

Pese a su alto valor, el precio previsto de La Reunión queda lejos de los 9,6 millones de dólares que se pagaron en junio de 2020 por el cuadro Omi Obini en una subasta de Sotheby’s, el mayor monto desembolsado por una pieza del cubano en una venta al mejor postor.

El Tiempo

Wifredo Oscar de la Concepción Lam Castilla


pintor, escultor

Nació en Sagua La Grande y murió en París. Era hijo de Lam Yam, un escribano chino afincado en la isla caribeña, y de Ana Serafina Castilla, mulata por cuyas venas corría también sangre india. Además del anciano padre -que cuando nace Lam cuenta ochenta y cuatro años-, un curioso personaje ejercerá una poderosa influencia en la infancia del pintor. Se trata de su madrina, Mantonica Wilson, una curandera y sacerdotisa de la santería.