Randy Arozarena es uno de esos hombres que lo hacen todo bien sobre el terreno y ahora desde la Gran Carpa. Desde su explosión en la postemporada del 2020, el pinareño demostró que su bate está la altura de los mejores de las Grandes Ligas, y su físico, además de enviar las bolas más allá de las cercas, le permite moverse muy bien entre las bases.

En la tarde del lunes, 24 de mayo, demostró que su calidad como pelotero no se limita a lo que pueda hacer desde el rectángulo de bateo, su presencia en los jardines de Tampa Bay Rays también resulta un atractivo espectáculo para los aficionados del mejor béisbol del mundo.

Así lo demostró en el choque frente a los Blue Jays de Toronto. El cubano protagonizó el fildeo de la jornada en un momento difícil para su equipo. Los canadienses habían ligado dos cuadrangulares en la parte baja de la cuarta entrada, gracias a los batazos de Vladimir Guerrero Jr. y Teoscar Hernández.

Luego de Hernández consumió turno Randal Grichuk, quien amenazaba con extender la racha de su equipo, el quinto bate en la tanda conectó una fuerte línea al jardín izquierdo, que parecía convertirse en doblete. De picar esa conexión la ventaja de dos carreras en el marcador, con Lourdes Jr. en el círculo de esperaba parecía desmoronarse.

A pesar de lo difícil que parecía alcanzar la esférica, el pinareño aumentó la velocidad de sus piernas y lanzándose hacia la raya de foul hizo la atrapada de la jornada. De esa forma cayó el segundo out en el capítulo, para que “Yunito”, minuto después, fuera retirado por la vía de los strikes y concluyera el inning.

Randy Arozarena al bate produjo un indiscutible en cuatro turnos con una carrera anotada y un ponche incluido.