En un juego lleno de escaramuzas, Leinier Domínguez sucumbió ante la presión de Levon Aronian en la primera partida de semifinales del Grand Prix de la FIDE de Berlín y ahora está obligado a resurgir, como ya hizo, de una dura derrota.

El antillano comandó las blancas en un duelo que transcurrió por el camino del Gambito de Dama aceptado, y que fue bastante atípico si tenemos en cuenta que ninguno de los dos Grandes Maestros se enrocó.

Aronian mantuvo una mejor posición durante gran parte del desafío, y aunque llegando a la movida 30 eligió una mala y Leinier encontró una buena jugada con su dama que parecía emparejar las acciones, el duelo cayó del lado del armenio que juega por Estados Unidos.

“Era una posición difícil de jugar para los humanos. Pone una presión inmensa, y tuve la sensación de que después de un desempate difícil sería mi oportunidad porque tal vez sorprendería a Leinier”, declaró Levon tras la partida.

La entrada de la dama blanca en la octava fila estableció el rumbo definitivo del enfrentamiento, cuando el antillano padecía los apuros de tiempo y las máquinas mostraban clara inferioridad.

“Probablemente me tomé demasiado tiempo y me equivoqué al pensar que realmente no podía tomar d4 con mi alfil después de la maniobra Ac7-b6”, comentó Leinier Domínguez. “En general, una partida muy difícil”, dijo a los medios.

Con su derrota, Leinier ve comprometida su estancia en Berlín, pues está forzado a ganar este domingo para obligar al desempate, una situación en la que se ha visto antes en el Grand Prix.

El Ídolo de Güines protagonizó una remontada extraordinaria cuando ganó la quinta y sexta partidas en su grupo, igualó en el primer puesto y después dispuso de So en la segunda batalla del tiebreak.

Con las piezas blancas, este domingo se las jugará todas ante Aronian, quien con tablas se asegura pasar a la gran final. Visto lo visto en Berlín, cualquier cosa con Leinier, por el nivel mostrado, es posible.