José Juan Nicolás Ramón Arrom González

José Juan Nicolás Ramón Arrom  González
José Juan Arrom
Nacimiento:  
28
/
2
/
1910
Fallecimiento:  
25
/
4
/
2007

Profesor, investigador y ensayista cubano de gran prestigio.

Aunque nacido en 1910 en Holguín, ciudad capital de la actual provincia del mismo nombre, José Juan Arrom pasó su niñez y parte de su juventud en Mayarí, pequeña localidad holguinera al norte del oriente cubano. Muy joven, en 1929, cerradas las universidades por la dictadura de Gerardo Machado, marchó a estudiar a los Estados Unidos y allí residió la mayor parte de su vida. En Yale University se graduó de Bachelor of Arts (1937), Master of Arts (1940) y Doctor in Philosophy (1941). Durante años ejerció en dicha universidad como profesor de español y director de Estudios Graduados en Español. Tras su jubilación como Profesor Emérito en ese alto centro docente, mantuvo una intensa actividad intelectual hasta el final de su vida.

Impartió clases en los cursos de verano de la Universidad de La Habana (1946); en el Instituto Caro y Cuervo (1960), de Colombia; y en la Universidad de Arizona (1961). Fue Miembro de la Connecticut Academy of Arts and Sciences, Miembro Correspondiente de la Academia Cubana de la Lengua, de la Academia Nacional de Artes y Letras de Cuba, del Ateneo Americano de Washington, de la Real Academia de Córdoba, entre otras corporaciones académicas y científicas. Colaboró con numerosas publicaciones, entre ellas Anales de la Academia Nacional de Artes y Letras, Boletín de la Academia Cubana de la Lengua, Revista Bimestre Cubana, Revista Cubana, Universidad de La Habana, Islas (todas de Cuba), Vida Hispánica (de Inglaterra), Revista Iberoamericana (de México), Thesaurus (de Colombia), Revista Nacional de Cultura (de Venezuela), y The Romanic Review (de los Estados Unidos). Recibió diversos honores en universidades e instituciones norteamericanas. En 1981, la Universidad de La Habana le otorgó el Doctorado Honoris Causa en Artes y Letras y el profesor, poeta y ensayista Roberto Fernández Retamar tuvo a su cargo el discurso de elogio.

Además del ejercicio de la docencia, desde la cual formó varias generaciones de hispanistas norteamericanos y latinoamericanos, desarrolló sus investigaciones en el campo de la etnología, la historia, la lingüística, la literatura y la folklorística.

Fue Arrom de aquel grupo de hispanistas que logró vencer la hostilidad de la Academia estadounidense de entonces –que aún tendía a estimar como asuntos de menor importancia el análisis de la cultura latinoamericana– y el desdén de la sociedad del norte, para, desde finales de la década del 30 del siglo XX, ir abriendo espacio a los estudios hispánicos. Además de divulgar entre sus estudiantes esos conocimientos y contribuir de ese modo a elevar el respeto por nuestros pueblos, Arrom, conjuntamente con otros profesores de origen hispánico, como Federico de Onís y Manuel Pedro González, logró crear una comunidad de interesados discípulos, que indudablemente sirvieron de base al creciente auge de la hispanística y de los estudios latinoamericanos en los Estados Unidos.

Se especializó y distinguió por su labor de pionero y su aporte original en las letras y el teatro de la época colonial, la lexicología y la lingüística, y los estudios de la cultura caribeña desde sus orígenes prehispánicos. Sus investigaciones y su trabajo de recuperación del patrimonio cultural cubano le sirvieron para reforzar su propia identidad cubana e hispanoamericana. Nunca perdió el contacto con Cuba y con su pueblo.

Arrom es autor, entre otros textos, de las ediciones críticas de El príncipe jardinero y fingido Cloridano, comedia del iniciador del teatro cubano, Santiago Pita, y de la Historia de la invención de las Indias, de Hernán Pérez de Silva. Si pensamos en la escasez de las ediciones críticas en nuestro medio, se puede valorar en toda su magnitud la labor modélica del investigador.

Los estudios sobre el teatro cubano y latinoamericano ocuparon su quehacer durante gran parte de su vida y ofrecieron relaciones y certezas hasta entonces soslayadas. Textos como Voltaire y la literatura dramática cubana (1943), Historia de la literatura dramática cubana (1944) –verdadero acontecimiento en la historiografía literaria del continente que habría de convertirse en referencia imprescindible de los interesados en una manifestación cultural muy insuficientemente estudiada en aquel momento–, Documentos relativos al teatro colonial en Venezuela (1946), Teatro de José Antonio Ramos (1947), Una desconocida comedia mexicana del siglo XVII (1953), El teatro de Hispanoamérica en la época colonial (1956), Historia del teatro hispanoamericano, época colonial (1967) y Primeras manifestaciones dramáticas de Cuba, 1512-1776 (1968), dan fe de ello.

Toda esta labor de investigación teatral lo hizo merecedor del Premio Ollantay 1979, otorgado por el jurado del Centro de Creación e Investigación Teatral (CECIT), reunido en Caracas. En el acta confeccionada a propósito del fallo del jurado quedaban claras las razones: “Maestro de los investigadores teatrales del continente, cuyos trabajos constituyen hoy páginas obligadas para el conocimiento y real evaluación del pasado escénico en el continente. Su extensa labor docente en la Universidad de Yale, sus investigaciones publicadas a lo largo y ancho de América Latina, su tarea de divulgación como resultado de una vida entregada a la investigación, donde el teatro ocupa un papel preponderante, señalan al profesor Arrom como un ejemplo de trabajo, modestia y extraordinaria realización.”

En Esquema generacional de las letras hispanoamericanas: ensayo de un modelo, Arrom propone la articulación de la historia literaria latinoamericana a partir de generaciones que surgen en un lapso de treinta años, desde la llegada de los españoles al Nuevo Mundo (para él, la generación de 1474) hasta la generación de 1954. Se insertaba así no sólo en cuestiones de sistematización de nuestra cultura, sino en las discusiones y posturas diversas que conocía el método generacional: es recordada la contribución del filósofo y ensayista español José Ortega y Gasset y, entre nosotros, la del profesor y también ensayista José Antonio Portuondo.

Ensayos suyos fueron recogidos en Certidumbre de América. Estudios de letras, folklore y cultura (volumen aparecido por vez primera en Cuba, en 1959, y luego, ampliado en Madrid, en 1971), vasto muestrario de sus indagaciones diversas, todas centradas en las definiciones de identidad de lo que Martí llamara Nuestra América. “Criollo: definición y matices de un concepto”, iniciador del volumen, fue publicado por primera vez como una separata de la revista Hispania, y resulta, sin dudas, sumamente importante en el proceso de dilucidación de la cultura de los pueblos al sur del Río Bravo. Arrom ha rastreado, por vías filológicas, el término “criollo” hasta sus primeras manifestaciones para encontrar un concepto que identifica a los latinoamericanos.

Particularmente relevante son sus ensayos reunidos en Mitología y artes prehispánicas de las Antillas (México, 1975) y en Estudios de lexicología antillana(La Habana, 1980), donde muestra su interés en ir a los orígenes de nuestra cultura para encontrar revelaciones que enriquezcan nuestro perfil identitario.

En el discurso de elogio al otorgársele a José Juan Arrom el título de Doctor Honoris Causa en Artes y Letras de la Universidad de La Habana, Fernández Retamar definió la dimensión intelectual y humana del estudioso cubano-americano de la siguiente manera: “José Juan Arrom ha sido, es y seguirá siendo una desvelada conciencia, sensible no solo a las delicias de un texto literario, al rastreo y desentrañamiento de un vocablo o al hallazgo de un dato histórico, sino también a los padecimientos y a los anhelos de los pueblos, en especial los de nuestro Continente, que forman parte de la vasta y doliente familia de los pobres de la Tierra.”

José Juan Arrom falleció en Massachussets, Estados Unidos, en el año 2007.