Primer pedagogo musical en la historia de Cuba. Fue profesor del Conservatorio Nacional y de la Cátedra de música de la Escuela Normal para Maestros de La Habana; miembro de la Academia Nacional de Artes y Letras de la Sociedad Económica Amigos del País; además de autor de diversas obras musicales para grande y pequeña orquesta, de un sinnúmero de obras teatrales y de una colección de cantos escolares, así como de conferencias y trabajos folklóricos, demostrativos de su erudición y talento.

Recibió los primeros estudios musicales a los 9 años, con su padre Oliverio Agüero, quien había cursado estudios de piano en Alemania y fue considerado como pianista de gran nivel. Atraído por la actividad musical, compuso aún pequeño su primera obra; una marcha patriótica.

Con el objetivo de estudiar Derecho, ingresó en la universidad, pero luego decidió abandonarla por falta de motivación. Desde entonces, se dedicó por entero a la música, pues esta sí constituía su verdadera vocación.

Desde muy joven comenzó a trabajar. Fue maestro de coros en las compañías teatrales de zarzuela y opereta y llegó a recorrer la isla de Cuba y muchos países de América. Adquirió una experiencia profesional que le permitió establecer criterios acerca del método de aprendizaje del canto por imitación de Dependientes del Comercio de La Habana adquiriendo sus primeras experiencias docentes. A partir de 1902 decidió dedicarse de manera definitiva a la enseñanza, iniciándose como profesor de solfeo en el Conservatorio Nacional, dirigido por el maestro Hubert de Blanck.

En 1906 fue nombrado profesor oficial en la asociación de Dependientes del comercio, donde dirigía los coros y las actividades musicales, función que realizó durante 58 años. A partir de 1915 hasta 1946 se mantuvo como profesor titular de música en la Escuela Normal para Maestros de La Habana, etapa que fue muy decisiva en su formación como pedagogo musical, pues esta labor le permitió profundizar en las didácticas musicales específicas para la formación de maestros y la dirigida a niños.

Resultado de su madurez profesional, fue su decisión de impartir el curso de Didáctica Musical Moderna en la escuela de Verano de la Universidad de La Habana, primer curso de este tipo en Cuba y con un claro reflejo de las influencias de la Escuela Nueva.

Aunque predominaba entre sus primeras ocupaciones la de profesor de música, campo por el cual tuvo su mayor apego, se destacó también como compositor, musicólogo, cronista, investigador y conferencista. Compuso obras musicales en varios géneros: sinfonía, música religiosa, música para piano, música vocal, cantos e himnos escolares y música para escena.

Nos legó una obra importante de musicología, crítica y enseñanza musical y colaboró con el etnólogo cubano don Fernando Ortiz en sus investigaciones, y culminó con este las obras Africanía en la Música folklórica en Cuba y Los Bailes y el Teatro de Negros en la Música Folklórica de Cuba, lo cual lo coloca en una alta posición como colaborador científico en la Historia de la Música Cubana.

Compositor y pedagogo. Integró las compañías de zarzuelas de Rafael Palau y Marín Varona en calidad de pianista acompañante, director de orquesta y concertador de coros. Dirigió el Orfeó Catalá. Ejerció la docencia en numerosas instituciones especializadas, como el Conservatorio Nacional H. de Blanck (1902) y la Escuela Normal para Maestros de La Habana (1917). Colaboró con don Fernando Ortiz en sus investigaciones musicológicas. Su catálogo incluye piezas de diverso género (bocetos sinfónicos, rapsodias para piano, dos misas) y unas seis zarzuelas, entre las cuales, El combate naval, La fonda de don Tadeo y La Loma del Ángel, la última, en colaboración con Jorge Anckermann (1904).

Gaspar Agüero falleció en La Habana, el 18 de mayo de 1951.