Un acercamiento al quehacer en la música orquestal dentro de la escena cubana a través del joven Daniel Toledo Guillén, fue la posibilidad que nos ofreció recientemente el programa televisivo Del agua que bebemos.

Esta propuesta con el auspicio de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), el Ministerio de Cultura, Alma Films Producciones y el Instituto Cubano de la Música, cuenta con la dirección del realizador Rolando Almirante y resulta una acertada producción que visibiliza lo mejor de la creación de destacados jóvenes miembros de la AHS. Se trata de una presentación minimalista, muy sobria, donde la música, el lenguaje y el entrevistado son los encargados de otorgar el hilo y la coherencia en el espacio. De ahí que considero correcto el hecho de mostrar las creaciones de estos artistas, pues por mucho que se converse sobre ello, nada mejor que escucharlas de primera mano para tener una lúcida concepción de las intenciones creativas.

Pocas propuestas ofrecen esa oportunidad y Del agua que bebemos la explota sabiamente. Durante este capítulo en que estuvo invitado el músico y compositor Daniel Toledo Guillén -graduado de composición en 2019 por la Universidad de las Artes de Cuba (ISA), bajo la tutela de los maestros Roberto Valera y Juan Piñera- conocimos algunas claves de su pensamiento creativo y detalles sobre su primera producción discográfica titulada Abismos.

Desmitificador y muy práctico se nos reveló Toledo Guillén, quien hizo añicos en sus declaraciones ese mito romántico en el que se concibe el sufrimiento como fuente de inspiración del compositor. “Componer requiere una técnica y un trabajo continuo, sostenido, que no es estar esperando que venga esa inspiración y nos ilumine, no es un hecho tan místico. Hay un momento inicial que no tiene una explicación tangible, donde comienza la primera idea que hace germinar una obra y, eso, sí proviene de la imaginación, no tiene un sentido racional.

Pero, qué diferencia a un compositor profesional de uno que no lo es, qué hace con esa idea”, reflexionó. Para este compositor la música orquestal requiere de un oyente intelectualmente preparado que medite sobre lo escuchado: “hay que ponerse en un estado de 'voy a ir a escuchar una música que me va a hacer reflexionar de alguna manera', y a veces, desgraciadamente, la música queda como un arte de background y queda siempre puesta en segundo plano, en simple disfrute, más allá de cualquier reflexión y esta música en mi opinión implica siempre algún tipo de reflexión”.

Durante el encuentro dialogó también sobre lo importante que fue su formación en la Universidad de las Artes de Cuba como espacio de diálogo e interacción entre todas las artes, y acerca del maestro Juan Piñera, a quien consideró “un hombre sabio que guía a los jóvenes, más allá de la composición; puedes hablar de los más diversos temas porque tiene una cultura grandísima. Todo gira en torno a él, no desde el punto de vista egocéntrico, sino de todas las energías que transmite a los estudiantes”.

A finales de 2018 Daniel Toledo Guillén ganó la Beca de creación artística "Conmutaciones", que otorga la Asociación Hermanos Saíz (AHS), a compositores de música clásica para que produzcan un fonograma; al respecto comentó: “Se titula Abismos, es un disco para sentarte y escuchar, lo hice para que reflexiones sobre ti, sobre tu relación con el mundo. Quizá un poco ambiciosa mi idea, pero es lo que quisiera”.

Dentro de esta producción se encuentra la pieza Superficie, interpretada por la reconocida flautista cubana Niurka González, quien defiende con maestría esta obra en la que el compositor desnuda el instrumento conduciéndolo por un monólogo en que explota las máximas posibilidades de la flauta. “Es esa impresión de la superficie, de jugar hacia arriba. El tema es una pieza para flauta sola -que su registro generalmente es medio agudo y, sobre todo, agudo-, con ese estar hacia arriba siempre. Quise hacer una melodía más elaborada al principio y al final; es casi un grito de la flauta que se va segmentando y acortando”, concluyó el músico.

Disfrute íntegramente del programa Del agua que bebemos, en que estuvo invitado el joven compositor Daniel Toledo Guillén: