Diana Balboa: Original y Múltiple es el título de la exposición de esa reconocida grabadora y pintora cubana (Cienfuegos, 1945) que quedó inaugurada este jueves 16, a las 4:00 de la tarde, en la galería Carmen Montilla perteneciente a la Oficina del Historiador de la Ciudad.

La muestra, que permanecerá abierta al público hasta el venidero mes de junio, está conformada por cerca de cincuenta piezas agrupadas a manera de conjuntos y realizada a partir de varias técnicas.

En diálogo con el Periódico Cubarte, recordó la Balboa que históricamente el grabado ha estado en función de la pintura, es decir, “por tradición los grandes maestros hacían la obra y, luego, oficiantes o maestros grabadores se encargaban de reproducir —a través del grabado en metal o en piedra— esas pinturas”. El objetivo era —dice— “incluir esas imágenes en libros y así lograr una mayor presencia”, por lo tanto el grabado se consideraba “la huerfanita de las artes plásticas” y era algo como “en paralelo”.

El tiempo ha transcurrido y hoy el grabado se ha convertido en un arte mayor: ese es, quizás, el objetivo de Original y Múltiple: ir del grabado a la pintura, pero “ha sido un proceso largo y complejo”, confiesa la creadora que ha tomado piezas realizada por ella y “y las mismas imágenes y los mismos conceptos los he ido evolucionando a partir de otras técnicas de grabado: en otras palabras, hago, por ejemplo, una xilografía (grabado en madera) lo imprimo y, luego de concluida la edición, me regodeo colocándole una pulpa de papel que ofrece un resultado volumétrico. Esa misma imagen puedo llevarla a la técnica litográfica. Cuando tengo concluido ese proceso, entonces es que pinto el cuadro. Es un proceso muy trabajoso, pero ofrece resultados muy diversos e interesantes”, dice.

La exposición está organizada a partir de 10 conjuntos…

“Efectivamente, son conjuntos en los que aparece la tela, el grabado en madera, en piedra o metal… es un mismo concepto, pero visto desde diferentes técnicas de las artes visuales. El resultado es que cada pieza posee su valor propio porque es la misma obra reinterpretada y por lo tanto, el resultado es diferente. De eso se trata: crear la sorpresa y la expectativa en mí y, por consiguiente, en el espectador.

Es una muestra en la que uno aprecia obras de mucho color y otras de gran economía…

Esa es otra de las características: lo diverso y lo diferente en cada conjunto. Justamente, son saltos de color y también del dibujo porque se transforma en la medida en que uno lo va realizando. No se trata de reproducciones una de la otra. No, son como estampaciones de un mismo concepto y de una misma idea, pero totalmente diferentes.”