Celia Esther de los Desamparados Sánchez Manduley

Celia Sánchez Manduley
Foto
Radio SanctiSpiritus.cu
Aly, Norma, Celia Sánchez
Nacimiento:  
9
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5
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1920
Fallecimiento:  
11
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1
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1980

Revolucionaria cubana. Miembro de la Dirección Nacional del Movimiento Revolucionario 26 de julio (MR 26-7). Secretaria de la Presidencia y del Consejo de Ministros de la República de Cuba.

Celia Sánchez Manduley nació en la localidad de Media Luna, Manzanillo, en la antigua provincia de Oriente. Fue hija de Manuel Sánchez Silveira, médico de profesión, y de Acacia Manduley Alsina.

Comenzó a cursar estudios primarios a la edad de siete años, en una pequeña escuela privada de Media Luna. Paralelamente, tomó clases de piano durante cuatro años. Tenía además gran afición, notable destreza y buen gusto para el dibujo, la pintura y las artes manuales en general.

En 1930 ingresó en la escuela preparatoria “José María Heredia”, de Manzanillo, incorporada al Instituto de Segunda Enseñanza de Santiago de Cuba. Comenzó estudios de bachillerato -instrucción que no culminó- en el curso 1937-1938, al inaugurarse el Instituto de Segunda Enseñanza de Manzanillo.

Era simpatizante de Eduardo Chibás Ribas, líder del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxos). Conoció a este líder en La Habana y quien más tarde, durante el desarrollo de su campaña política en 1948, visitó a la familia Sánchez Manduley en Pilón, antigua provincia de Oriente.

Celia Sánchez se opuso al golpe de Estado de Fulgencio Batista, ocurrido el 10 de marzo de 1952. Al cumplirse el centenario del nacimiento de José Martí el 19 de mayo de 1953, junto a grupo de estudiosos del ideario del Apóstol que frecuentaban la Fragua Martiana y miembros de la Sociedad Espeleológica Cubana, que su padre presidía en la antigua provincia de Oriente, escaló el Pico Real del Turquino -la montaña más alta de Cuba, en la Sierra Maestra, donde colocó un busto del Apóstol de la Independencia de Cuba realizado por la escultora Jilma Madera.

Al producirse el 26 de julio de 1953 el ataque al Cuartel Moncada, en Santiago de Cuba, y al Cuartel Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, se solidarizó con los jóvenes que participaron en la acción, trasladándose inmediatamente desde Pilón a la ciudad santiaguera, para contactar con Fidel Castro y sus compañeros. En los días siguientes a la acción fue a visitar a dos heridos que se encontraban en el hospital La Colonia Española, en la misma ciudad.

Más adelante envió alimentos y medicamentos desde Pilón a los moncadistas presos en la Isla de Pinos (hoy Isla de la Juventud). Participó en la distribución del alegato de autodefensa pronunciado por Fidel Castro ante el tribunal que lo juzgara por los hechos del 26 de julio, el cual ha sido denominado “La Historia me Absolverá”.

En 1955, fue una de las fundadoras del Movimiento Revolucionario 26 de julio (MR 26-7) en el territorio sur de la antigua provincia de Oriente; organizó y consolidó el movimiento en Manzanillo, Campeche, Media Luna, Niquero, Pilón y otros lugares. En contacto con Frank País, quien fuera su jefe en aquella etapa, preparó y organizó condiciones para el posible desembarco de Fidel y demás los expedicionarios del yate Granma por la costa sur de Oriente, en la zona que abarca de Cabo Cruz a Marea del Portillo.

Cumplió con eficiencia las instrucciones de crear una base de apoyo en la zona prevista para el desembarco de la expedición. Preparó los núcleos de combatientes en la zona, dirigió su integración, el acopio de armas y la designación de los principales jefes. Previó la interrupción de las comunicaciones, llevó a efecto el chequeo de los cuarteles y de las fragatas, y llegó incluso a obtener información directa y detallada sobre la Marina de Guerra en la provincia oriental. Durante esas actividades utilizó los seudónimos de Aly y Norma.

Ante la incertidumbre de que la llegada de los combatientes se hubiera efectuado por otra zona, decidió preservar la organización, y dispuso que a los que eran perseguidos se les aseguraran refugios clandestinos.

Después del desembarco de los expedicionarios, el 2 de diciembre de 1956, comenzó a preparar el suministro de armas, víveres y medicinas al grupo de Fidel Castro. Junto a Frank País, organizó y dirigió la incorporación de los primeros refuerzos a la Sierra Maestra -un destacamento armado de sesenta hombres de Santiago de Cuba y otras zonas de la antigua provincia de Oriente- y aseguró la llegada a territorio rebelde de periodistas extranjeros y de integrantes del Movimiento 26 de julio.

Así, llegó a ser el principal contacto entre los grupos alzados comandados por Fidel Castro y el movimiento clandestino que operaba en el resto del país, especialmente en Oriente.

El 19 de mayo de 1957 se incorporó al Ejército Rebelde. Fue la primera mujer en sumarse al grupo de combatientes dirigido por Fidel Castro. Participó en el combate de El Uvero, en la Sierra Maestra, el 28 de mayo de 1957. Se trasladó numerosas veces a las zonas urbanas, en arriesgadas misiones encomendadas por el máximo líder de la Revolución.

Desarrolló diferentes actividades en la Comandancia General del Ejército Rebelde. Permaneció junto a Fidel Castro mientras duró la guerra, y participó en las reuniones donde se llegaron a importantes acuerdos de la Dirección Nacional del MR 26-7, estando presente en las más importantes decisiones tomadas durante la lucha armada.

Impulsó en la Columna 1 del Ejército Rebelde la creación de una infraestructura que culminó en mayo de 1958 con el establecimiento de la Comandancia General, en La Plata, también en la Sierra Maestra. Allí se encargó de organizar y coordinar la retaguardia en el territorio guerrillero, para garantizar su subsistencia. Participó en la batalla de Pino del Agua, ocurrida durante los días 16 y 17 de febrero de 1958; en los trabajos de organización de la primera asamblea campesina, que tuvo lugar en Vegas de Jibacoa, el 25 de mayo de 1958, y en la batalla de Guisa, el 20 de noviembre de 1958.

Entró el 1 de enero de 1959 a Santiago de Cuba, integrando la Caravana de la Libertad, que llegó a La Habana el 8 de enero siguiente. Llamada en aquellos días iniciales a ocupar una posición pública relevante en el primer Gobierno Revolucionario, prefirió continuar al lado de Fidel, como su ayudante personal. El 24 de marzo de 1962 fue designada Secretaria de la Presidencia y del Consejo de Ministros.

Trabajó en los preparativos de la Campaña de Alfabetización, en su desarrollo y culminación, el 22 de diciembre de 1961, cuando se declaró a Cuba territorio libre de analfabetismo en la Plaza de la Revolución José Martí. Celia fue un pilar importante en la organización, la ejecución y la consolidación de los planes educacionales de la Revolución. Después de la promulgación de la Constitución de la República de 1976, y de la reorganización de las estructuras estatales, pasó a ser Secretaria del Consejo de Estado de la República de Cuba.

En octubre de 1965, al constituirse el Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), recibió la condición de miembro, que le fue ratificada en el I Congreso del PCC, efectuado en 1975. Al iniciarse el proceso de creación de los órganos del Poder Popular, en 1976, fue elegida diputada a la Asamblea Nacional.

Puesto que mostraba particular interés por el desarrollo de instalaciones culturales y recreativas, y por las actividades pioneriles y juveniles, muchas obras de la Revolución merecieron su atención personal. Así, fue la promotora de la construcción del Parque Lenin, y de los planes de desarrollo del campismo popular.

Apasionada de la Historia, preservó con celo -con el objetivo de conservarlos para la posteridad- todos los documentos, materiales y escritos de Fidel Castro, que organizó en un Archivo Histórico, contentivo de documentos valiosos de la Revolución. Gracias a esa labor hoy se guardan, en la Oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado, más de 70 mil documentos originales de la lucha revolucionaria cubana.

Integró el Secretariado Nacional de la Federación de Mujeres Cubanas.

Celia Sánchez Manduley murió en la Habana, el 11 de Enero de 1980.