Ramón Calzadilla Núñez

Ramón Calzadilla Núñez
Nacimiento:  
8
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1
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1934

Barítono Cubano, Nacido en la Habana. Es Considerado uno de los más conocidos representantes de la música lírica y popular del último siglo en Latinoamérica.

Realizó estudios con el Director Italiano Arturo Bovi, quien lo inició en el mundo de la ópera, dándole las bases de lo que sería un futuro preeminente en la música clásica, después de Bovi, Calzadilla continuó puliendo su talento con la contralto Maria Pissarevskaya.

Más tarde, cuando sus maestros consideraron que era tiempo de impulsar su carrera profesional, el Gobierno Revolucionarió le otorgó una beca para estudiar canto en Italia y en Rumania.

Calzadilla Se ha presentado en escenarios internacionales de todo el globo, consagrandose como 'el maestro' en 34 países de 4 continentes. Su innegable talento vocal, su histrionismo y presencia escénica lo llevaron a obtener en 1960 el primer Premio del Concurso Internacional de canto Beniamino Gigli, también el premio del jurado en el concurso Ciudad de Roma en Italia; así como en 1962 el Primer Premio del Concurso Internacional de canto, en Tolosa, Francia.

En ésta época obtuvo en Italia un trofeo como reconocimiento a su canto, entregado por el legendario cantante Tito Schipa.

Desarrolló una gran actividad musical en Cuba, con recitales por toda la Isla y programas de radio y TV. De los cantantes líricos cubanos de la segunda mitad del siglo XX, es el de carrera internacional más notable.

Grabó varios discos discos destacados en latinoamérica donde se incluyen temas como: miedo al desengaño, Nunca te lo diré, que haré sin ti, entre otros. Además de su admirable carrera musical, su desempeño actoral en las tablas interpretando papeles principales en destacadas óperas.

Calzadilla también dedicó su vida a la lepidopterología, así lo demuestra su colección de Mariposas, a las que también dedicó gran parte de su tiempo, compartiendo su afición con su esposa y sus hijos.

En una gira de conciertos en Polonia, cuando Ramón era el jefe del Departamento de Canto del Instituto Superior de Arte de La Habana, conoció a la soprano colombiana Carmiña Gallo, casada con Alberto Upegui, director del Instituto Distrital de Cultura, quien lo invitó a dictar un taller en el Planetario de Bogotá durante un mes, en 1990. Cuando se venció su contrato, los alumnos querían que siguiera dándoles clase, y él lo hizo.

Gloria Zea, fundadora de la Ópera de Colombia, lo contrató para que le ayudara a preparar la temporada de 1991. “El reto de darle una formación a los jóvenes cantantes colombianos era difícil... no existía tradición artística”.
Mientras transcurrían los ensayos en El Camarín del Carmen, pasó algo inesperado: el barítono que debía interpretar el Don Giovanni de Mozart, contratado para cantar en siete funciones, renunció a su interpretación. Así que Ramón, de quien dependía el éxito de la obra, tuvo que cantar en condiciones delicadas de salud, debido a que sus cuerdas vocales se habían inflamado por la resequedad del clima bogotano sumado a ensayos de 12 horas de lunes a domingos, lo que le significó un gran esfuerzo. Esta época fue las más estresante en la carrera del barítono, a lo que él asegura que no le pesa porque esto permitió que se conformara una nueva ópera en Colombia.

Durante su estadía en el país —que en principio era temporal—, la novia de Amir, su hijo guitarrista, entonces de 17 años, quedó embarazada. Los jóvenes se casaron, por lo que Ramón decidió rechazar un contrato que tenía en México para quedarse a vivir en Bogotá y mantener a su nieto. Hoy, Ramón tiene cuatro nietos, tres colombianos y uno cubano.

El Maestro
El silencio que reina en una de las cuadras del tranquilo barrio, se interrumpe por una sonora vocalización que sale de una ventana. Los transeúntes que pasan desprevenidos, voltean a mirar para identificar la fuente de tan particular sonido. Al subir las escaleras se llega al salón donde Ramón Calzadilla Núñez da sus clases de canto. Un teclado, uno de sus cuadros de mariposas y un mueble lleno de partituras ambientan el día a día de este artista. En la pared hay algunas placas de reconocimiento por sus aportes a la cultura musical del país y el afiche de una alumna que le dedica el éxito del lanzamiento de su disco “Amo esta tierra”.

En estos 20 años Ramón ha hecho escuela con alumnos que han dejado la imagen del país en alto. No puede calcular un número exacto de estudiantes. Da clases cada hora, de las 8 de la mañana a las 8 de la noche. Actualmente es profesor de Canto en el Conservatorio del Tolima.

En el medio de la ópera es conocido por su cabal orientación pedagógica y por el prestigio que tiene en el mundo entero.

Según Miguel Pinto, violista, compositor y director de orquesta cubano, Ramón goza de un respeto generalizado en Cuba por ser el fundador más importante de la cátedra de canto. Además, “ha sido jurado en 3 concursos de Canto Tchaikovsky. Ha cantado en Rusia la ópera El príncipe Igor.

Para tomar su clase no sólo se necesita tener buena voz, sino también sensibilidad y conciencia ante el estudio.
De estos cientos de alumnos, hay unos diez que son el mayor orgullo para Ramón. La mayoría enseña canto en diferentes academias y conservatorios y, además, son figuras de la ópera colombiana y de canciones folclóricas y populares. entre ellos figura la maestra Beatriz Mora, quien fue su alumna durante cinco años asegura que Calzadilla hinchó su ego como cantante, y le dio la confianza y la tranquilidad del registro y que las clases con él le permitieron entender y hacer a voluntad las cosas que antes hacía por inercia. Al comienzo, para muchos fue difícil.

Carol Yadira González, maestra en varias universidades, otra de sus alumnas destacadas. Aunque Carol tiene una sólida formación musical, todavía va a controles antes de interpretar un papel.

Sin embargo, en ciertos medios de la enseñanza vocal el maestro despierta resquemores, que según Marissa Pérez, otra de sus antiguas alumnas, se deben a que no existe otro docente con la misma experiencia en Colombia y “hay quienes no soportan ser confrontados”. Esto se debe, sobre todo, al choque cultural entre las formas de aprendizaje.

Antes de llegar a Colombia, hace 20 años, Calzadilla fue director del Instituto Superior de Arte de La Habana. Sobre la Ópera y la técnica vocal ha reflexionado en sus libros: El canto y sus secretos (La Habana, 1998), El canto y la creación artística (La Habana, 2006) y Del canto y su estudio, en camino de publicación.

Calzadilla es uno de los cantantes y maestros más reconocidos mundialmente gracias a su nivel de exigencia y los triunfos de sus alumnos.