Excepcional intérprete del punto cubano supo cantarle con singular belleza al amor, la naturaleza y a su Patria, Justo Vega nació en San Antonio de Cabezas, provincia de Matanzas.
Desde temprana edad se inclinó hacia la interpretación musical y a los 15 años se trasladó a La Habana.
Recién cumple los 15 años y tiene ante sí la vida como una interrogación. Empieza a trabajar como peón en obras públicas. El trabajo es duro pero su voluntad es inquebrantable y vence. Cuantos años estaría en esa tarea de sol a plena espalda, después trabajaría breve tiempo en un almacén de madera y más de un año en la fábrica de hielo La Tropical. La reducción del personal hecha en esta fábrica lo deja nuevamente sin empleo y comienza otra vez su afanosa búsqueda de trabajo. Logra al fin colocarse en una cafetería como dependiente trabaja doce horas diarias y hace además labores de mozo de limpieza.
En 1934 se inició en la radio con el cuarteto Trovadores Cubanos que compone su hermano Bernardo, Pedro Guerra, Alejandro Agustín y él se dedican a dos conciertos en La Habana y en pueblos del interior en competencia con el conjunto de Patricio Lastra.
Para hacer publicidad alquila una hora en la estación de radio CMQ de García Serra, para pagar la radio busca anuncios en casas comerciales con lo que cubre ampliamente el alquiler. Tanto la hora radial como los conciertos se convierten en triunfos asombrosos. Esto hace que Justo se decida a celebrar una concentración de repentistas en los Jardines de la Tropical y hace la solicitud pertinente, pero esta le es denegada por parte de la Administración.
En 1939 entra a dirigir la publicidad de la firma de cigarros Partagás, donde permanece 14 años. Es de su invención la famosa casita Partagás, que sobre un vehículo y llena de serpentinas va de pueblo en pueblo seguida de muchedumbre y admiración, simultáneamente dirige la hora Partagás de la COCO que alcanza una radio audiencia sin paralelo. Aquí introduce innovaciones radiales de gran aceptación por la población El correo del amor, en el que mediante correspondencia dirigida a la emisora pueden los jóvenes cartearse y conocerse personalmente, es motivo de muchos y felices matrimonios.
La implantación de agencias de publicidad técnicamente dirigidas hace que el dueño de cigarro Partagás opte por este sistema científico y decida poner fin a la propaganda y a los demás decimistas que colaboran con el; pero la firma Partagás lo coloca de carrero en su fábrica. Allí estaría seis años más.
Aunque siguió ejerciendo su trabajo, Justo no abandonó las improvisaciones. Sostiene canturías memorables en certámenes poéticos, dirige programas radiales, siempre con éxitos continuados y por su vida ejemplar el pueblo lo nombra el caballero de la décima cubana. Siendo uno de los más populares repentistas cubanos.
Durante años cultivó la décima guajira y compartió las controversias –que llegaron a ser famosas- con otro grande del punto cubano: Adolfo Alfonso.
Justo Vega fue fundador y figura destacada del programa de televisión Palmas y Cañas, y participó en festivales de música cubana y latinoamericana.
Falleció el 13 de enero de 1993 a los 93 años de edad.