Jorge Rafael
Massó
Mustelier

Jorge Rafael Massó Mustelier
Nacimiento:  
16
/
2
/
1950

Exfubolista cubano que sedesempeñó en la década de 1970 y 1980, participante en Juegos Olímpicos y en las eliminatorias mundialistas, medallista en Juegos Panamericanos y Juegos Centroamericanos y del Caribe.

El negro cincuentón que había deslumbrado a todos por el manejo de la pelota no era otro que el irrepetible astro cubano de las canchas. Cerebro de la Selección Nacional Cubana durante casi 20 años, le discutía, pulgada a pulgada, la supremacía del área caribeña al legendario artillero haitiano Emmanuel “Manno” Sanon.

Nació en la ciudad de Santiago de Cuba. A los ocho meses sus padres se trasladaron a La Habana. En los momentos de desempeñarse como jugador activo, medía 1.70 metros de estatura, con 154 libras de peso.

El jugador cubano, estudió derecho en la Universidad de La Habana, tambien lo hiso en Cultura Física, carrera esta última que no concluyó. También se ha desempeñado como como compositor y productor musical. Es devoto de la religión yoruba.

Desde 1969 ingresa en la selección nacional cubana, donde se mantiene hasta 1986, logrando medallas en Juegos Panamericanos, Juegos Centroamericanos y del Caribe y la participación en dos Juegos Olímpicos

En 1967 y 1968, participa en los Juegos Juveniles de la Amistad celebrados en Bulgaria y Hungría respectivamente.

En 1969 con apenas 19 años es convocado a la preselección nacional. En 1970 integra el equipo a los Juegos Centroamericanos y del Caribe celebrados en Panamá, logrando el título y la distición del mejor jugador del evento, formando parte del once ideal.

En 1971, logra medalla de bronce en los Juegos Panamericanos celebrados en Cali, Colombia.

En 1975 asiste a los Juegos Panamericanos celebrados en México, donde el accionar del futbolista caribeño ocupó la mayor atención de la prensa especializada en la cita continental. El técnico uruguayo Washington “Pulpa” Echamendi - entonces en el banquillo del León de México - intentó sin éxito hacerse de los servicios del cubano.

En 1978 logra el segundo título, este en los Juegos Centroamericanos y del Caribe efectuados en Medellín, Colombia.

En 1979, logra medalla de plata en los Juegos Panamericanos celebrados en San Juan, Puerto Rico. En 1980 interviene en los Juegos Olímpicos en Moscú, Unión Soviética.

En el torneo preolímpico de 1984, es galardonado con el balón de oro, al mejor goleador de la competencia.

En 1986 logra el tercer título Centroamericano, al ganar la cita celebrada en Santiago de los Caballeros, República Dominicana.

En la década de 1970 realiza con el equipo cubano, una gira por Vietnam, Corea y Chile.

También fue solicitado por los clubes, Ferencváros de Hungría, Chicago Sting, Estados Unidos y Heredia y Saprissa de Costa Rica, así como la Universidad de Chile.

"Había que quedar bien con la patria. El reducido espacio de asomarse hacia fuera, unido a los momentos cruciales de aquellos años, se anteponían a cualquier satisfacción personal. Nunca fue mi voluntad, al margen de las propuestas que siempre existieron, vestir otra camiseta diferente a la de Cuba.

En los Juegos Olímpicos de Montreal 1976, enfrentan a Polonia, titular olímpico de la edición anterior y tercer lugar en el Campeonato Mundial de 1974, celebrado en Alemania, sobre este juego que terminó cero a cero, comenta.

"A los europeos les hicimos la del bobo., con el marcador igualado a cero, llegó una buena oportunidad para nosotros en una jugada de laboratorio con pelota detenida. "Busque un lugar en la esquina de la barrera. Fariñas pasa de largo por encima del balón. A continuación, Roldán me hace el pase. Se la devuelvo a Fariñas que estaba de vuelta en la jugada. "Los polacos se comieron la finta… y Fariñas suelta el zurdazo que derrota a Jan Tomaszewski. ¡Le ganamos a Polonia! . "Pero, a la misma vez, no le podíamos ganar. Esa tangible victoria no estaba en los planes de nadie… y un triunfo de Cuba contra el campeón olímpico echaba a perder la fiesta olímpica. "¡Offside! . "Se oyó el gritó del árbitro central, el israelí Abraham Kevin, quien ponía a salvo el honor de Polonia ante el incipiente once cubano.".

"Frente a Irán, la selección cubana resultó mucho más resolutiva. Disparos desde todos los ángulos, presagiaban una goleada favorable a los antillanos. Estábamos pasando por nuestro mejor momento, pero la pelota no entraba en la puerta de los iraníes. "Ese día el terreno estaba empapado de agua y en la única acción de peligro contra el arco cubano, José Francisco Reinoso pierde el balón. A continuación, un jugador iraní tirándose al suelo… mete la pelota en la portería. "Osan Mazloumi al minuto 28 del primer tiempo conseguía el único tanto del encuentro que eliminaría a los antillanos del certamen olímpico.

Eliminatoria de 1978. En el juego final ante Haití celebrado en el Estadio Silvio Cator de Puerto Príncipe, tuvo el momento más caótico cuando Cuba eliminaba a Haití y se colocaba en la Hexagonal Final con aquel gol que casi sobre la hora le anularon a Massó, decisión que desembocó en la expulsión del mejor hombre de Cuba y que más adelante sopesó en el marcador final favorable a los haitianos por dos a cero, en el forzado tercer partido realizado en Ciudad de Panamá.

"En aquellos tiempos dependíamos de su talento. Al no poder contar con Massó, nuestro fútbol no resultaba ni tan exquisito, ni demasiado ofensivo. Los rivales supieron aprovechar demasiado bien esa ventaja. Dijo Antonio Garcés Segura, acaso el mejor lateral zurdo del fútbol cubano.

En en agosto de 1989 se retira oficialmente con un encuentros de despedida jugado en el Estadio La Tropical. Participa en la producción musical del espectáculo, Fiesta Cubana, del mundialmente conocido Cabaret Tropicana.

Desde 1993 reside en el poblado de Río Chico, una localidad del estado de Miranda, cercana a Caracas, donde se dedica a las labores de babalao y a los toques de santos en unión de la esposa Norelkis.

Desde entonces ha optado por distanciarse del balón. Tampoco descubre motivación alguna para desempolvar la una vez muy aclamada carrera de compositor y productor musical. Reside a poco más de dos horas de Caracas, en el poblado de Río Chico.

Admite que la actual violencia sobre la urbe caraqueña lo ha mantenido al margen de cualquier función o diversión pública. “La inseguridad en las calles es galopante. Aquí puedes sufrir de un asalto hasta en tu propia casa. Entonces, para qué desafiar el peligro”.

El abogado también ha descartado una nueva incursión en las leyes. La vida del hoy consagrado sacerdote y devoto de la religión yoruba, discurre a través de un retiro espiritual. El fútbol apenas es un referente lejano.

Atrás, La Habana bulliciosa. Los extraordinarios años en la Colina Universitaria… La Facultad de Derecho. Cursó hasta el tercer año la licenciatura en deportes, educación física y recreación en el Instituto Superior de Cultura Física, carrera inconclusa ante el reclamo paternal de la primogénita Jormara… y las obligaciones en el bufete.

Rasgar la guitarra y jugar fútbol compaginaron la singular personalidad. Al margen del vasto palmarés, hoy rehuye hablar de los malabares, las fintas, los goles y las gambetas en una carrera que consumió 20 de los mejores años. Jugaba a pleno pulmón. Y la pelota siempre rendida, incrustada al botín del artista, disfruta el suave toque. Hacedor de ilusiones en cada movimiento por el pasto. Arribó a la Selección Nacional Cubana siendo un adolescente. En la vitrina resaltan títulos, medallas y reconocimientos individuales. Aclamado por sus compatriotas.

A través de una consulta popular por toda la Isla, la revista Opina le entregó la “Llama de la Popularidad” en 1983. Los cronistas de la época no lograron sustraerse a los encantos de este fenómeno cubano y le hacían especial reverencia. Intachable el número 15 de los cubanos. Puede jugar donde quiera. De pronto los años de éxito se trastocan en una encrucijada. El partido de homenaje sobre la mítica cancha de La Tropical en la capital cubana, en el verano de 1989, marcó una tendencia. Cuatro años después, se despide de Ítaca. Con la producción musical “Fiesta Cubana”, del mundialmente conocido cabaret Tropicana, aterriza en Caracas.

Han transcurrido 16 años. Y son otras las circunstancias. Únicamente, las obligaciones propias de un babalao lo sacan del panorama hogareño que, él y su simpática esposa Norelkis, comparten en total armonía de dos gatas (atrevida y revoltosa) y dos perros (solitario y galán). Así, entre “toques y santos”, vive la leyenda… Jorge Rafael Massó Mustelier.

Premios
Llama de la popularidad de la revista Opina en 1983