Ignacio
Mora
de la Pera

Ignacio Mora de la Pera
Nacimiento:  
26
/
1
/
1829
Fallecimiento:  
14
/
10
/
1875

Ignacio Mora, hacendado y hombre culto, fue uno de los 76 camagüeyanos que se levantaron en armas en el Paso de Las Clavellinas, camino de Nuevitas, a menos de 15 kilómetros de la capital Puerto Príncipe.

Nacido en Puerto Príncipe, Camagüey. Contrajo nupcias el 17 de agosto de 1854. con Ana Betancourt.

Ignacio Mora, enfermo de úlceras en las piernas, fue apresado el 5 de octubre de 1875 y muerto a tiros y después macheteado, el día 14 en El Chorrillo de Najasa tras rechazar el perdón si aceptaba renunciar a sus ideas.

En abierto desafío a la propaganda colonialista española, Ignacio Mora enalteció el despectivo mambí atribuido a los patriotas cubanos y dio ese nombre a su periódico fundado en Guáimaro, al nacer la República de Cuba en Armas.

Con su verbo patriótico levantó el ánimo de sus compañeros en los momentos difíciles.

Antes de la Revolución del 68, Mora había colaborado en el periódico El Camagüey, fundado por Salvador Cisneros Betancourt, y en la creación de El Oriente (primero de marzo de 1867), dirigido por Francisco Muñoz Rubalcava, junto a Eduardo Agramonte Piña, Cristóbal Mendoza Durán y otros futuros insurrectos.

Allí quedó al frente de uno de los siete grupos (pelotones) y, el 26 de noviembre, ratificó su posición cuando los sublevados rechazaron en la reunión de Las Minas una propuesta de conciliación del Conde de Valmaseda.

Tuvo su bautizo de fuego el 28 de noviembre en el combate de Bonilla donde las bisoñas fuerzas emboscaron un tren español.

Por su tacto fino e inteligencia política, en marzo de 1869, logró una entrevista entre Ignacio Agramonte y Carlos Manuel de Céspedes, gestión encomendada por la Asamblea de Representantes del Centro con vista a la unificación del movimiento revolucionario.

Esto dio lugar a que el 10 y el 11 abril de 1869 se reunieran en Guáimaro, en territorio libre de Camagüey, en Asamblea Constituyente delegados de todas las fuerzas patrióticas. Allí se establecieron las bases legales de la República de Cuba en Armas y la reorganización del Ejército Libertador.

De Oriente Mora regresó enfermo y en los días del nacimiento de la República estuvo en Guáimaro, pero postrado en una cama, junto a su esposa Ana Betancourt quien pidió a los asambleístas liberar también a la mujer.

Fue en los días posteriores cuando preparó la edición de su periódico con el apoyo de su querida Anita hasta que tuvieron que partir de Guáimaro.

El 7 de mayo de 1869 nació El Mambí, cuyo primer número fue una hoja suelta de 10 pulgadas por seis (aproximadamente 26 centímetros por 15), de impresión borrosa y tipografía pobre, en la cual Mora expone, en estilo agresivo y concentrado, su credo político y las razones y propósitos de la guerra que comenzaba.

“Al lanzar nuestro país a su revolución, no fue ni para arruinarlo, ni para deshonrarlo, sino para asegurar su existencia y la felicidad de sus hijos…Nos lanzamos a la insurrección sin miedo a los elementos destructores con que se nos amenazaba, porque en nuestra conciencia estaba ya determinado cumplir por completo nuestro deber…El sólo bien que han traído la opresión y el desprecio del gobierno español a Cuba, ha sido el inspirar un odio terrible a esa dominación, odio tal, que antes de volver al dominio de España preferimos perecer todos, hombres, mujeres y niños en el campo de batalla.”

El general Manuel de Quesada tomó la determinación de quemar la población como hicieron los bayameses antes de entregarla al enemigo.

Auxiliado por Clodomiro Betancourt Varona, Mora prosiguió la publicación del periódico en un taller tipográfico que fue trasladado a la Sierra de Najasa. Hacia llegar a Anita los materiales para su corrección.

“Cuba está perdida para siempre para España. Cuba es americana y libre, porque quiere y puede, porque sus hijos están conquistando esa libertad con un patriotismo y un valor con que no lo ha hecho hasta ahora ningún pueblo”, afirma Mora en el segundo número de El Mambí, publicado al siguiente día de que las fuerzas cubanas salieran de Guáimaro, el 9 de mayo de 1869.

De esta forma respondió a una circular del Capitán General Domingo Dulce que daba por concluida la revolución independentista.

El 11 de enero de 1871, al relatar los sucesos del año anterior expresó: “Mientras tanto Cuba, la heroica Cuba, prosigue en la hora de su regeneración y de su independencia olvidada de la América, calumniada por el primer Magistrado de la República de los Estados Unidos, ella ha sabido alcanzar su poderío y sostener el terreno conquistado con el valor y abnegación”.

A la publicación llevaba los principales acontecimientos que tenían lugar en el territorio de Cuba libre y que conocía de primera mano. Los últimos números salieron en 1871.

Fue secretario, sucesivamente, de los generales Augusto Arango, Manuel de Quesada y Manuel Boza Agramonte (noviembre de 1868 a diciembre de 1870).

En diciembre de 1869 se efectuó en su finca El Horcón de Najasa, la reunión en la cual la Cámara de Representantes depuso a Quesada del cargo de General en Jefe del Ejército Libertador.

Mora continuó combatiendo con unos 20 patriotas antes de desempeñar el mismo cargo junto a Boza Agramonte. En enero de 1871, enfermó gravemente de una bronquitis y se retiró al rancho donde se encontraba su esposa.

Ese resultó un año muy duro para Ignacio. El 6 de enero fueron asesinadas sus hermanas Juana y Mercedes junto con sus seis sobrinos Mola Mora; lleno de indignación y dolor por el injustificado hecho, escribió una carta al Conde de Valmaseda, que publicó El Mambí.

Ese año (22 de abril) perdió también a su hermano Vicente Mora –organizador de los correos mambises-, víctima de la tuberculosis y perseguido por los españoles.

El 9 de julio de 1871 Ignacio y Anita fueron sorprendidos por los españoles en el rancho de San José del Chorrillo. Ella, víctima de reumatismo en una rodilla, lo obligó a correr y resultó apresada. La amenazan con el fusilamiento para que envíe una carta a Mora, pidiéndole presentarse a las autoridades coloniales. Ante su firme negativa, el gobernador militar de Puerto Príncipe ordena que abandone el país en 24 horas.

Aunque afligido por el sufrimiento asumió la Secretaría de Relaciones Exteriores de la República de Cuba en Armas, en el gobierno de Céspedes, desde mediados de 1871 hasta el 11 de marzo de 1872 que enfermó nuevamente.

Rechazó la claudicación de los que abandonaron el campo de batalla, en su Manifiesto a los Camagüeyanos, el 3 de enero de 1872.

Ya restablecido, seis meses después se incorporó al Estado Mayor de Calixto García; combatió en Guisa, Holguín.

Este patriota inclaudicable por la independencia cubana era el mismo que buscando una salida de la opresión colonial admiró y compartió las ideas anexionistas de Gaspar Betancourt Cisneros y Narciso López –de quien en 1851 había sido secretario y casi parte a Cuba en una de sus expediciones.

Ignacio Mora, enfermo de úlceras en las piernas, fue apresado el 5 de octubre de 1875 y muerto a tiros y después macheteado, el día 14 en El Chorrillo de Najasa tras rechazar el perdón si aceptaba renunciar a sus ideas.

Tuvo la visión de registrar los hechos significativos de la guerra independentista en sus artículos periodísticos, en las notas de su diario de campaña (1868-1875) y en las cartas a su amada Ana Betancourt, esposa y colaboradora.

Su Diario de Campaña cayó en poder del enemigo pero parte del mismo logró recuperar Anita.