Pedro Manuel
Betancourt
Viamonte

Pedro Manuel   Betancourt Viamonte
Barbaza
Nacimiento:  
15
/
7
/
1827
Fallecimiento:  
26
/
4
/
1870

SocieUno de los tantos dentistas cubanos incorporados a las Guerra de Independencia tras el grito fecundo de Independencia o Muerte, dado por el "Padre de la Patria", Carlos Manuel de Céspedes.

Nació en la ciudad de Camagüey. Sus padres fueron Francisco Betancourt y Ana Viamonte.

Matriculó la carrera de dentista (dentista ministrante) en la Real y Literaria Universidad de La Habana, el 8 de octubre de 1863, para lo cual presentó un certificado de su propio hermano Gaspar (incorporado desde 1858), en el que hacía constar que Pedro Manuel estaba practicando con él la cirugía dental; a los efectos pertinentes también practicó con Federico Peyrellado.

Se le expidió el certificado de dentista el 12 de mayo de 1867. El examen de grado fue hecho por los doctores: decano Fernando González del Valle, Rafael Cowley y Valdés Machado y José Cristóbal Durán.

Se trasladó a su ciudad natal y ejerció en unión de su hermano y Peyrellado. En 1864 las autoridades lo llevaron a juicio; estaba acusado de delito de insurrección por la sublevación de esclavos, por lo que fue preso e incomunicado en la Cárcel de Puerto Príncipe en Camagüey.

Participación en la Guerra de 1868
Invirtió gran parte de su fortuna en la propaganda separatista. Al estallar el Movimiento de Yara, el 10 de octubre de 1868, se preparó para la campaña y en noviembre se lanzó a la guerra con el grado de capitán del Ejército Libertador, ya que ostentaba el título universitario.

Fue ascendido al grado de comandante por acción de guerra, pues era valiente y esforzado, y unía a su don de mando, todas las virtudes del "militar profesional".

Las tropas españolas le sorprendieron en una estancia realizada en la finca La Ciega de los Quesada Aguiar, situada en el medio de una extensa sabana y fue hecho prisionero y juzgado por un Consejo de Guerra el 25 de abril de 1870, que le condenó a la última pena.

El 26 de abril de 1870 los españoles fusilaron por la espalda a Pedro Manuel junto a su hijo, Manuel Betancourt Santos, en el lugar situado detrás del Hospital General; marchó al suplicio con paso firme, sereno, sin afectación y murió como todo un hombre que sabe que Morir por la Patria es vivir.