Luis Montané Dardé

Luis Montané Dardé
Nacimiento:  
7
/
4
/
1849
Fallecimiento:  
28
/
11
/
1936

Médico y antropólogo cubano, introductor de la antropología física en Cuba.

Nació en La Habana, y falleció en Chatou, Francia. Trasladado a Francia cuando contaba dos años de edad, realizó estudios en ese país. Cursó el bachillerato en Letras en el Liceo de Toulouse, y más tarde obtuvo el título de Bachiller en Ciencias en la capital francesa.

Aún estudiante, fue nombrado miembro titular de la Société d´Anthropologie de París. Se graduó en 1874 como doctor en Medicina en la Universidad de París, con la tesis «Etúde anatomique du cráne chez les microcphales» -punto de partida de sus estudios antropológicos-, premiada por la referida sociedad. Ese trabajo fue de gran significación para la historia de la craneología.

Fue discípulo de los destacados antropólogos franceses Paul Broca, Ernest-Theodore Hamy y Jean Louis de Quatrefages, y se vinculó, además, con los no menos conocidos Pablo Topinard, Charles Letourneau y Roger Verneaux. Sirvió como médico ayudante mayor en la Guerra Franco-Prusiana. Ejerció la profesión de otorrinolaringólogo, y fue uno de los primeros médicos en desempeñar esa especialidad en la Isla.

A su regreso a Cuba en 1874, ingresó en la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, tras la presentación de su trabajo «El cráneo desde el punto de vista antropológico». Fue miembro numerario de la institución entre 1877 y 1883, así como Miembro de Mérito, a partir de 1895.

Contribuyó con otros científicos cubanos a la creación de la Sección de Antropología de la referida academia, y a la fundación, el 7 de octubre de 1877, de la Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba, donde llegó a ocupar el cargo de presidente. En esta sociedad presentó su trabajo «Un caribe cubano. Estudio craneológico», en la sesión del 19 de abril de 1885.

Ocupó, además, los cargos de vicepresidente de la Sociedad de Estudios Clínicos de la Habana y de director de la Sección Antropológica de la Sociedad Cubana de Historia Natural Felipe Poey.

Dedicó gran parte de su vida a la enseñanza en la Universidad de La Habana, creó la primera Cátedra de Antropología en 1900 y fundó el Laboratorio y el Museo Antropológico que, por acuerdo de la entonces Facultad de Letras y Ciencias, ostenta su nombre desde 1903. Participó en la organización de conferencias en la facultad; entre ellas, las denominadas «En la Sierra de Banao» y «La infancia de la humanidad». Colaboró, además, en la publicación de la Revista de la Facultad de Letras y Ciencias.

Publicó memorias sobre diversas patologías e informes médico-legales, aunque su obra principal fue dedicada a la antropología. Sobre esta ciencia escribió trabajos que comprenden estudios comparativos de razas, pero principalmente descripciones y mediciones de cráneos aborígenes, microcéfalos, hidrocéfalos y huesos fósiles; así como otros trabajos, desde narraciones de viajes hasta biografías.

Como resultado de sus expediciones a distintas regiones de la Isla recolectó buen número de piezas arqueológicas y antropológicas, que remitió a Francia para su estudio y, con posterioridad, pasaron a formar parte de los museos de la Academia y de la Universidad de La Habana. Entre esas expediciones se encuentran su exploración de la Cueva del Purial, en Sancti Spíritus, en la región central de la Isla; las investigaciones realizadas en Oriente, y su trabajo sobre el indio de la Ciénaga de Zapata. Algunos de los restos hallados por Montané se consideraron erróneamente como pertenecientes a un hombre fósil, autóctono de América, que Hamy denominó «Hombre de Sancti Spíritus», y Florentino Ameghino, Homo cubensis, aunque el propio Montané no concordaba con tal criterio.

Menor atención recibió su descubrimiento de dientes probatorios de la existencia de un simio fósil, el primero conocido en las Antillas -lo cual se corroboró de manera concluyente en 1987-, denominado por Ameghino como del género Montaneia, en honor al antropólogo cubano, también uno de los primeros en dar a conocer los grupos descendientes de aborígenes, muy mezclados ya, que han perdurado en la región oriental de Cuba.

Asistió, en representación de Cuba, al Congreso de Antropología y Arqueología Prehistórica de Mónaco (1906), donde presentó su trabajo «L´Homme de Sancti Spíritus»; al Congreso Científico Internacional de Buenos Aires (1911), y al Segundo Congreso Científico Panamericano (1915), en el cual intervino con su contribución «L´Momme Fossile Cubain».

Se acogió a la jubilación en 1920, y viajó a Francia para asentarse definitivamente en Villa Carmen de Chatou, en las cercanías de París, donde se mantuvo vinculado con las sociedades antropológicas, de etnología y de americanistas.

Asistió a la Conferencia Anual de Broca, en 1921, con el trabajo «Les Hommes préhistoriques de Cuba», ilustrado con proyecciones. Fue electo presidente de la Sociedad de Antropología de París en 1922. Al morir ostentaba la Orden de Caballero de la Legión de Honor y era Oficial de Instrucción Pública de Francia.