Calixto
Callava

Calixto  Callava
Nacimiento:  
14
/
10
/
1930
Fallecimiento:  
16
/
12
/
1990

Desde niño se adentró en el cultivo de la rumba en su barrio de Belén.

Como cantante y tocador integró los Grupos de guaguancó Marítimo Portuario y Yoruba Andabo.

Laboró siempre en el puerto habanero, ámbito que reflejó en sus creaciones musicales.

Entre sus obras musicales se encuentran las tituladas La rumba brava, Retozón y Tumbayaya, Lo bailo solo, El callejón de los rumberos, Guaguancó sabroso, Mi guaguancó sí da la hora y Tiembla tierra.

Siempre ha vivido una vida humilde, y hasta viajó sin billete hasta México para tratar de mejorar su vida. Después de poco renunció y regresó a Cuba. Allí escibió unas canciones famosas, como "Lo Añoro", popularizada por Vicentico Valdés.

Pero aún así Calixto tuvo que seguir trabajando como estibador.

Fue miembro fundador, en 1961, del grupo Guaguancó Maritimo Portuario Zona 5, que en el año 1986 se re-organizó como el Grupo Yoruba Andabo. Con Guaguancó Maritimo Portuario empezó a ganar fama y premios.

Agrupaciones:
-Guaguancó Maritimo Portuario (Fundador)
-Grupo Yoruba Andabo (Fundador)

Composiciones:
-El Callejón de los Rumberos
-Chano en Belén
-Guaguancó Sabroso
-Tawiri
-Tiembla la Tierra (¿Dónde Vas, Mulato?)
-Canta la Ceiba, Baila la Palma Real

Calixto Callava lo mismo podía llenarnos el alma con una melodía de amor que componer una encendida rumba. Legó al catálogo musical ese bolerón cargado de nostalgias que dice Yo tendré una como tú, tan linda... que Vicentico Valdés popularizó, y números como El callejón de los rumberos y Chano en Belén, que sintetizan el sentimiento fraterno que le inspirara el tamborero Chano Pozo.

Calixto aprendió lo que es la pobreza, y soñó que todo iba a cambiar un día; le hería la tristeza de unos bolsillos sin esperanza, y se marchó a México por los años 50 del siglo pasado, escondido en la bodega de un barco. El polizón pensaba que sin boleto viajaba a la fama.

En varios meses de estancia en el país no hubo nada seguro; deambuló por los cabarets, tocó a puertas que se no se abrieron. Para Callava las noches eran largas y frías; se sentía extraño caminando por aquellas avenidas, llenas de establecimientos y anuncios lumínicos: la nostalgia le tendía lazos al corazón. Regresó, pero en el pozo de la memoria quedaron muchas imágenes del país visitado, del que volvía sin la gloria anhelada. Escribió tres obras: México, distrito federal; Mande, usted y México, qué grande eres.

BELLA CUBANA

Y un día —porque esas cosas suelen suceder y más de lo que uno piensa—, mientras hablaba con un amigo, por la capitalina calle Infanta vio pasar a una mujer que era como una estrella escapada del cielo, y aquella preciosidad tocó en lo hondo su alma; sólo una mirada y la canción le puso estrofas a la melodía para que surgiera ese himno con que los enamorados aún se arrullan, y que Vicentico popularizó: Lo añoro.

LO BAILO SOLO

En los momentos en que el ritmo mozambique hacía furor, Pello el Afrokán incluyó en su repertorio el número de Callava Lo bailo solo, que Pedro Izquierdo en su viaje de 1965 por Polonia, Alemania Oriental, la Unión Soviética y Francia, convirtió en gran éxito.

Calixto aprendió a admirar la figura de Chano Pozo, a quien diariamente veía por el barrio habanero de Belén. De ahí nació otra pieza famosa: El callejón de los rumberos: Cerca del mar/ está el callejón de mis recuerdos/ y la propia mar/ donde trabajo yo./ Se está divirtiendo la gente/ a mí que me gusta el ambiente/ me voy para allá/ Desde el patio de la casa, donde vivo yo, siento sonar los tambores/ que son primores/ porque tienen sabor...

En el puerto, el músico estibador se unió a Chano, a Chori, al ya legendario Pancho Quinto para formar el Guaguancó Marítimo Portuario Zona 5, que premios y triunfos ganó. Después fue Yoruba Andabo, con el que cantó rumbas, algunas de su cosecha como El congo, La tumba brava, Guaguancó sabroso, Mi puchunga de amor, Inútil espera, Tagüiri y Tiembla la tierra. Una de las últimas composiciones de este inolvidable rumbero, Calixto Callava, fallecido a los sesenta años en 1990, fue la pieza Canta la ceiba, baila la palma real, grabada por Los Van Van.