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Alfredo Sosabravo y el secreto de la eterna juventud

Alcanzar los 90 años de edad es un reto para cualquier ser humano; pero hacerlo con candor, sentido del humor, inagotable inspiración creadora y capacidad física e intelectual para concretarla, es un milagro. Ese es el logrado por Alfredo Sosabravo, actualmente uno de los más valiosos exponentes de las artes visuales en Cuba.

A realizar nuevas obras para la exposición que inaugurará a propósito de la celebración de un nuevo aniversario de vida, que le ha dedicado los meses en que la pandemia lo obligó a no salir de casa, escudándose de las preocupantes noticias con la alegría del colorido de sus piezas; mientras el día transcurre veloz, pincel en mano y oníricas figuras lo hacen sonreír recordando travesuras.

En esa actitud debe residir el secreto de la perdurable lozanía de Sosabravo, hombre de origen humilde que, por saberse predestinado para el arte, buscó su senda en la música y la literatura, hasta encontrar la que habría de ser razón de su existencia en la pintura, el dibujo, el grabado y la cerámica.

Motivado por la obra de su coterráneo, Wifredo Lam, inició una producción que ha ido en ascenso constante desde mediados del pasado siglo, la cual le fue reconocida en 1997 con el Premio Nacional de las Artes Plásticas frente al Carro de la Revolución, mural instalado en el entresuelo del Hotel Habana Libre, su creación más querida, según ha dicho.

Poseedor de un estilo fácilmente reconocible dentro del rico panorama de las artes visuales cubanas, ha exhibido sus obras en los principales espacios del país y, desde la década de los años 90, en numerosas ciudades de Europa, donde es también muy reconocido.

Causa inmenso placer poder felicitar a Alfredo Sosabravo en su 90 cumpleaños, no sólo por sus imprescindibles aportes a nuestra cultura, sino también por sus lecciones de vida.

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Manuel Alfredo Sosa Bravo


pintor, artes, grabador, ceramista, plasticas

Ceramista, pintor y grabador. Le insufló a la cerámica un carácter escultórico de sello personal. Es uno de los artistas más importantes de la historia del arte cubano. Sosabravo nació en Sagua La Grande, de origen humilde pero con la firme aspiración de ser artista se trasladó a La Habana en 1941.